Gramática castellana
Como estudio de las reglas que regulan el uso de las lenguas, la gramática es una de las disciplinas que componen el espectro de la lingüística. Como conjunto de reglas y principios que regulan el uso de una lengua determinada, la gramática es un elemento propio de cada una de las lenguas del mundo; así, hay una gramática castellana, una inglesa, una francesa, etcétera.
En sus dos vertientes, la gramática estudia o establece el uso de la lengua en cuatro niveles distintos: nivel fonético-fonológico; nivel sintáctico-mofológico; nivel léxico-semántico y nivel pragmático.
La gramática propia del español, o la gramática castellana, es parecida a la del resto de las lenguas provenientes del latín, si bien cuenta con importantes particularidades. El castellano, como lengua flexiva de tipo fusionante, utiliza en sus oraciones el recurso de la flexión para indicar las relaciones de unos elementos con otros; para tal efecto recurre también al uso de las preposiciones. La forma utilizada para el marcaje de los verbos transitivos o intransitivos agrupa al español dentro del conjunto de lenguas nominativo-acusativas, mientras que su naturaleza sintáctica lo categoriza como lengua de núcleo inicial.
Lógicamente, el estudio gramatical de una lengua tan rica y compleja requiere de muchísimas más apreciaciones, que no podemos abordar aquí. Esta es la razón de que exista una amplia tradición de obras que han intentado abarcar todo el universo gramatical del español (tradición que sigue viva en las «Gramáticas» de la Real Academia Española).
La primera «Gramática castellana» que se conoce es la que publicó, en 1492, Antonio de Nebrija. Anteriormente se habían publicado otros estudios centrados en las reglas gramaticales, pero aplicados únicamente al latín; lo que hace de la Gramática de Nebrija el primer volumen dedicado al estudio gramatical de una lengua occidental moderna.
Nebrija decidió dividir su estudio en cuatro áreas principales, a cada una de las cuales dedicó un volumen: ortografía, prosodia y sílaba, etimología y dicción, y sintaxis.
Aunque fue ampliamente criticada por su carácter tendente al regionalismo (andaluz), la obra contribuyó a la popularización de la gramática como disciplina encargada del estudio de las reglas de una lengua. Y lo seguiría siendo, de forma prácticamente única, hasta el desarrollo de la lingüística científica en el siglo XIX.
Posteriormente aparecieron nuevas gramáticas del castellano, entre las que destacan las de Valdés (1535), Andrés Flórez (1552), Martín Cordero (1556), Villalón (1556) y Correas (1630). La Real Academia Española publica su primera «Gramática de la lengua española» en 1771.