La voz pasiva
La voz pasiva es un modo verbal que existe solo en algunas lenguas, y que consiste en convertir al sujeto en el elemento pasivo de la acción verbal. En la voz pasiva, pues, el sujeto pasa de ser quien ejecuta la acción a ser quien la recibe, o, dicho en términos gramaticales, pasa de ser agente a ser paciente.
Cuando esto ocurre, la acción verbal aún ha de ser ejecutada por algún elemento gramatical. Este papel se le atribuye en estos casos al complemento agente, que recibe la tarea activa del sujeto agente de la voz activa. Así pues, la transformación es como sigue: si en la voz activa el sujeto es agente y es quien realiza una acción, al pasar a la voz pasiva este papel se traslada al complemento agente, y el sujeto pasa a ser paciente y a recibir la acción.
Sin embargo, la construcción de la voz pasiva requiere algunos pasos gramaticales más. Pongamos un ejemplo en voz activa:
Mi primo ha comprado dos boletos para la lotería de Navidad
La estructura de esta oración es como sigue:
Sujeto («Mi primo») + Verbo/Acción («Ha comprado») + Complemento directo («Dos boletos») + Complemento Circunstancial («Para la lotería de Navidad»).
¿Qué ocurriría si la pasamos a voz pasiva? La frase resultante sería así:
Dos boletos [para la lotería de Navidad] han sido comprados por mi primo
Como se puede ver, el anterior sujeto («Mi primo») es ahora el complemento agente, y el sujeto de la nueva oración es «Dos boletos», que antes era complemento directo. Pero, ¿qué ocurre con el verbo?
La principal transformación verbal que efectúa la voz pasiva es la introducción del verbo ser, en el mismo tiempo que tenía el verbo en voz activa, más la adición del participio del verbo activo. En nuestro ejemplo, «ha comprado» se transforma en «han sido comprados».
El complemento circunstancial de la oración («para la lotería de Navidad») ha pasado a ser complemento del verbo, y lo dejamos entre corchetes porque su posición puede variar, siendo válida su colocación tanto como adyacente al sujeto como en posición final de la oración («Dos boletos han sido comprados por mi primo para la lotería de Navidad»).
Al margen de esta pasiva gramatical, poco usada en español, existe también la pasiva refleja, que se emplea sin sujeto activo y siempre precedida por «se»:
Se venden boletos para la lotería de Navidad