Pronombres posesivos

Casi todas las palabras que forman una oración tienen una característica en común: la de contar con un referente fijo. Esta propiedad se hace más evidente en el caso de los sustantivos: por ejemplo, cuando nos referimos a un “mueble” no necesitamos mirar en la propia oración para buscar su significado, sino que lo sabemos sin más. Por el contrario, los pronombres son particulares en el sentido de que carecen de ese referente fijo. En sustitución, cuentan con un referente variable que es parte de la propia oración o del propio discurso, es decir, un referente contextual. Esta propiedad responde al nombre de deíxis.

En realidad podemos decirlo de una manera más sencilla: al igual que cualquier elemento anafórico, los pronombres carecen de significado léxico. De esta forma, los pronombres requieren de la presencia de un “antecedente” que puede ser “sintáctico” (esto es, hecho explícito en la oración) o bien “discursivo”, (que quiere decir que está presente en el conocimiento de los hablantes pero no se ha materializado en la propia oración).

Pensemos en una oración que podamos poner como ejemplo:

La madre de Juan se dedica exactamente a lo que ella siempre quiso

Al final de la oración que acabamos de anunciar hay un pronombre, “ella”, cuyo referente es “la madre de Juan”. Si ese referente cambiara, también lo haría el pronombre.

Antes de avanzar a lo que realmente nos ocupa en este artículo, hay que decir que los pronombres no son exactamente “las palabras que sustituyen al nombre”. Esto es lo que siempre nos ha dicho la gramática tradicional, pero últimamente la teoría gramatical más moderna los define de manera distinta. Según ésta: el pronombre no es sino el núcleo sintáctico de un sintagma determinante. Por otra parte, los pronombres son una categoría gramatical universal, un tipo de palabra que existe en todas las lenguas; una universal necesidad comunicativa.

Sabiendo todo esto, podemos pasar a definir un tipo de pronombre particular: el pronombre posesivo. Un pronombre posesivo se utiliza para explicitar la cercanía, propiedad o relación entre un elemento gramatical y una persona gramatical. Un pronombre posesivo es particularmente similar a un adjetivo posesivo, excepto que en su caso actúa de forma independiente, sin requerir la presencia cercana de un sustantivo al que complementar.

Los pronombres personales en español son los siguientes: para hacer referencia a un solo poseedor tenemos mío, tuyo, suyo y sus plurales míos, tuyos y suyos. Para referirnos a varios poseedores podemos usar nuestro, vuestro, suyo, o bien sus plurales nuestros, vuestros y suyos.