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Análisis de la conversación

Publicado por Aroa Plaza

Man and woman with thought bubbles that match each other's clothing

En el artículo de hoy vamos a ocuparnos del análisis de la conversación, que se basa en la observación y en la recogida y análisis de un gran número de conversaciones que se producen en la vida cotidiana de forma real. Se trata pues de un método inductivo que tiene como fin el estudio de los mecanismos y acciones que emplean los hablantes al mantener una conversación, así como el análisis de los medios de los que se sirven para ello. Por otra parte, el análisis de la conversación también busca dar explicación a la importancia que la conversación tiene en las relaciones sociales.

Siempre que se produce una conversación, los interlocutores que participan en ella comparten una serie de elementos que permiten comprender lo que el otro está diciendo, así como compartir sus pensamientos con los demás. Veamos unos ejemplos:

Supongamos la siguiente conversación:

– INTERLOCUTOR 1: ¿Qué vamos a comer hoy?

– INTERLOCUTOR 2: Le advertí que no actuara así o acabaría mal.

Está claro que esta conversación nos resulta rara y sin sentido, ya que no existe ningún tipo de conexión entre la pregunta del interlocutor 1 y las respuesta del interlocutor 2. Y es que una de las cosas imprescindibles en una conversación es que si alguien realiza una pregunta el interlocutor que la recibe ha de responderla de algún modo.

Así, si observamos la siguiente conversación:

– INTERLOCUTOR 1: ¿Cuánto te costó esta alfombra?

– INTERLOCUTOR 2: ¿Te parece bonita? La compré en el rastro.

Aunque la pregunta no es contestada de forma directa por el interlocutor 2 y no se propicia la información demandada por el interlocutor 1, sí existe algún tipo de conexión entre pregunta y respuesta.

Pensemos en una pregunta corriente como ¿Sabe dónde está el Hotel Palermo? A esta pregunta puede responderse de dos maneras:

– Diciendo que no.

– Diciendo el lugar en el que se encuentra dicho hotel.

Pero encontraríamos muy extraño que alguien respondiese con un a esta pregunta y se fuera sin aportar la información requerida. De este modo, observamos como una respuesta puede ser correcta desde un punto de vista gramatical, pero aún así resultar inapropiada.

Algo similar ocurre en el siguiente ejemplo:

INTERLOCUTOR 1: ¿Podría decirme dónde hay una comisaría de policía?

INTERLOCUTOR 2 (respuesta apropiada): Siga todo recto y gire a la derecha en la primera calle y al fondo encontrará la comisaría.

INTERLOCUTOR 2 (respuesta inesperada): Hay una comisaría de policía en todas las ciudades de España.

Con esto, vemos como no siempre hemos de entender las preguntas de forma literal, sino que hemos de saber distinguir la intención del hablante al realizar la pregunta, es decir, lo que dicho en palabras técnicas se denomina implicatura.

Asimismo, cuando nos encontramos ante una pregunta hemos de tener en cuenta el contexto en que esta se produce. Al hablar no solo decodificamos el mensaje que se transmite sino que inferimos el sentido y la fuerza de lo dicho por la otra persona. Esto se produce gracias al acuerdo de colaboración que todos los hablantes han establecido previamente.

En definitiva, una conversación no es algo sin coherencia y caótico, sino que posee una coherencia que permite a cualquier hablante distinguir una conversación de una serie de frases sin conexión alguna.