Programa Minimalista
El Programa Minimalista es una línea de investigación abierta en los años noventa del siglo XX por los principales representantes de la gramática generativa.
Es destacable su carácter no de teoría científica ni de hipótesis, sino de programa: este minimalismo pretende erigirse en una línea de investigación, que sirva de guía para la exploración de los principios y parámetros básicos de la gramática generativa. Es decir, el Programa es sólo un marco conceptual, un conjunto de conceptos que no pretende dar respuestas ni establecer reglas generales.
El Programa Minimalista se asienta en la idea de que el lenguaje humano está diseñado de una manera sofisticada y elegante que permite satisfacer nuestras necesidades físicas, biológicas y conceptuales, y que es, por tanto, universal y aplicable a todas las lenguas humanas. Es un concepto común en la gramática generativa el que asigna al lenguaje –universalmente concebido– una serie de principios básicos para la utilización de otra serie de parámetros: éstos serían las unidades básicas de la lengua (oraciones, sintagmas, palabras, etcétera), mientras aquéllos representarían las reglas gramaticales que gobiernan sus relaciones y formas. Cada lengua contaría así con una serie de propiedades únicas aplicables a la forma de manifestar dichas relaciones, si bien la naturaleza profunda de las mismas se mantendría común a todas ellas.
El Programa Minimalista se asienta, así, en dos fundamentos:
- La diversidad de las lenguas se origina por las distintas combinaciones en la interacción de los citados principios y parámetros.
- Las oraciones son las unidades lingüísticas básicas, y destacan por ser potencialmente infinitas, ya que nacen de la combinación entre sonidos y significados.
Como hemos dicho, el Programa Minimalista se asienta en la idea chomskiana de la naturaleza innata de los componentes del lenguaje: el niño, según Chomsky, nace con la capacidad de expresar ideas mediante un conjunto de reglas computacionales que conocemos como lenguaje. La idea del minimalismo añade a ésto un interesante matiz: que el diseño de dichas reglas es conceptualmente perfecto y está perfectamente adaptado a las necesidades comunicativas del ser humano. Así, la facultad lingüística con la que nacemos contiene sólo las herramientas que son necesarias para llevar a cabo la comunicación, careciendo por completo de elementos redundantes.
Por otra parte, el Programa se impone a sí mismo una condición parecida: las explicaciones gramaticales tienen que ser sencillas, estar libres de redundancias y resultar económicas o mínimas. Reducir la cantidad de conceptos al mínimo posible y explicar las reglas que rigen el comportamiento del lenguaje de la manera más sencilla y precisa que sea posible.