20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne
No es la primera vez que os hablamos de Julio Verne, ni tampoco será la última, ya que se trata de uno de los grandes novelistas de la historia. Todo un referente para aquellos que les encanta leer relatos de aventuras y viajes, con obras tan emblemáticas como La vuelta al mundo en 80 días.
Hoy os traemos otro de sus grandes clásicos: 20.000 leguas de viaje submarino. Una obra de la que todo el mundo ha oído hablar, de la que se han hecho infinidad de versiones cinematográficas o ilustradas, e incluso uno de sus personajes, el Capitán Nemo, se ha convertido en un icono de un marino huraño que reniega de la humanidad.
Nemo es un personaje clave, pero también lo son el arponero Ned Land, el biólogo Pierre Aronnax y su criado Consejo.
Estos tres personajes van en una fragata militar estadounidense intentando cazar un enorme narval. Sin embargo, aquel buque sufre un ataque de ese gigantesco cetáceo y caen al agua. Y casi por azar van a parar a una pequeña isla. Sin embargo no es una isla, es el submarino Nautilus que ha emergido a la superficie.
Allí conocen al Capitán Nemo quien les enseña su magnífica nave. Pero también les avisa que como es un submarino secreto, no van a poder salir de ahí. A partir de ese momento comienza un viaje fascinante por algunos mares del mundo. Unos recorridos donde Verne nos vuelve a fascinar con su desbordante imaginación, su habilidad para la descripción y con su capacidad para predecir algunos descubrimientos y artilugios que se iba a inventar en décadas posteriores.
Y todo eso lo hacen mientras varios buques de guerra les atacan y amenazan. No vamos a contar mucho más sobre el desenlace de esta peripecia submarina. Solo diremos que hacia el final la tripulación de la nave pronuncia varias veces la enigmática palabra “maelstrom”. Algo que de alguna forma emparenta esta obra con otras posteriores que forman una trilogía. Esas otras obras de Verne son Los hijos del capitán Grant y La isla misteriosa.
La obra se publicó en dos entregas entre 1869 y 1870. Precisamente la lectura de un marino tan violento y tan inhumano como Nemo, pudo ser un inconveniente para la publicación. Pero finalmente se publicó con ese personaje tal y como lo había ideado Verne. Y ciertamente es una de las mayores riquezas del relato, la personalidad de Nemo y su curiosa relación con el biólogo Aronnax, que además es el propio narrador de la obra.