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Extinción de Thomas Bernhard

Publicado por A. Cerra

Extinción fue la última obra, y para muchos críticos la mejor, que publicó el escritor austriaco Thomas Bernhard (1931 – 1988).

Es una novela de 1986, que al igual que ocurre en otros relatos suyos inmediatamente anteriores, como El sobrino de Wittgenstein de 1982 o Tula de 1984, son tramas con una fuerte carga autobiográfica. De hecho, estas fueron novelas que suscitaron bastante controversia en su país y hasta reacciones violentas, ya que habla sin tapujos de muchos de sus traumas infantiles y de adolescente.

Algo que con Extinción alcanza su cenit. La novela se puede entender como una despedida del autor y el escrito final con el que zanja las cuentas pendientes con su familia. Y no solo con su familia, sino que en este extenso monólogo, Bernhard también en sumamente crítico con la sociedad de su país.

Es una obra en la que sume al lector en un sentimiento de opresión, la misma opresión obsesiva que siempre manifiesta este escritor.

En general sus novelas, así como sus poesías, y también sus obras dramáticas ya que también trabajó el género teatral, tienen un tema dominante, de ahí que podamos hablar de obsesión. Y se trata de enfrentar de un modo absolutamente radical la personalidad individual al mundo externo. Algo que en su caso desembocó en una clara oposición, prácticamente intransigencia hacia los comportamientos de los otros, en especial de los miembros de su familia, y también de sus conciudadanos austriacos. De ahí, que sea un autor muy leído fuera de Austria, pero en su país natal no es demasiado queridos.

En la novela, el narrador nos relata cómo vive exiliado en Roma dando clases a Gambetti, clases de alemán y también de filosofía. Ese narrador se llama Franz Josef Murau y aprovecha para escribir sobre su pueblo natal de Austria y sobre la tragedia familiar que allí se vivió tan solo dos días después de que él se fuera.

En realidad escribe para superar su odio a su pueblo, por eso los apuntes sobre el tema él mismo narrador los llama “extinción”, ya que esa superación solo llegará aniquilando el tema. Y eso da título a la novela, con lo que ya nos explica cual su propósito. Pero al mismo tiempo, Bernhard le dio a la obra un subtítulo que es “Un desmoronamiento”. Algo que coincide con el propio desmoronamiento real del autor, que en esos años está bastante abatido psicológicamente.