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Los Santos Inocentes de Miguel Delibes

Publicado por A. Cerra

El escritor Miguel Delibes es uno de los que mejor ha retratado la España rural de mediados del siglo XX. Una España muchas veces ajena al progreso y anclada en tradiciones ancestrales. Uno de los ejemplos más esplendorosos de ello es su novela Los Santos Inocentes, publicada en el año 1981, si bien su narración se centro unos 20 años antes en un cortijo de la región de Extremadura.

Los protagonistas son pobre familia de campesinos que viven casi en un régimen feudal para uno de los terratenientes de la zona. Nos cuenta la lucha de los dos padres que quieren que sus hijos estudien para que salgan de ahí. Algo que ellos no pueden hacer, ya que no tienen formación y además deben cuidar de su Niña Chica, una pequeña con deficiencias físicas y mentales. Y por si fuera poco, también vive con ellos Azarias, el hermano de Regula, la madre, el cual es un auténtico inocente, ya que pese a su edad, su comportamiento es del un niño grande que no ha crecido mentalmente.

Azarias tiene como mascota y confidente un ave, una grajilla, a la que llama Milana bonita. Pero un buen día el cacique propietario de la finca mata de un disparo al pájaro, y obviamente eso va a ser el desencadenante de todo el drama.

Y si bien la historia que narra es muy atractiva, en realidad se trata de una excusa para contar los mil y un abusos que existían en el campo español, donde los potentados y terratenientes de enormes extensiones actuaban con sus empleados casi como si fueran siervos. En definitiva, el gran tema de la obra es la deshumanización y la injusticia social.

Sin duda el autor se identifica como esa familia de pobres que no dejan de ser explotados, y aunque parece un narrador externo, rápidamente nos damos cuenta de su punto de vista. Y eso que no hay grandes párrafos descriptivos. De hecho es una obra muy oral, incluso en el estilo del narrador, que bien podría ser otro de los criados de la finca.

Tanto es así que había recursos en forma de coletillas o vulgarismos, e incluso incorrecciones, que fueron eliminadas por los correctores de la editorial antes de la impresión, pensando que eran fallos. Sin embargo se trataba de recursos usados a conciencia por Delibes, ya que en realidad está dando voz a esos personajes iletrados. A eso se debe también la eliminación de recursos tradicionales de la novela culta, como los guiones, las comillas o cualquier cosa que formalice un diálogo. Es como si mezclase voces narrativas, dándole a todo una enorme viveza y dinamismo, así como es increíble el tono poético que hay en un texto plagado de irregularidades lingüísticas.