El Señor Presidente de Miguel Ángel Asturias
El Señor Presidente de Miguel Ángel Asturias es la primera obra en la que se crea un tendencia clave para entender la literatura hispanoamericana del siglo XX. Es la primera novela en la que se interpreta la historia de eso países, tanto su política como su cultura a partir de los mitos. Una tendencia que luego quedaría ya instaurada con el famoso Realismo Mágico y el llamado boom de la literatura latinoamericana.
Todo ello tiene como referente esta obra del autor guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1899 – 1974). Un novelista que antes de publicar su novela más famosa y transcendental en 1946, ya había sacado a la luz unos cuantos años su recopilación de cuentos Leyendas de Guatemala, donde ya avanzaba algunos de los elementos claves de su producción. Por ejemplo, su interés en la historia de su patria o su pasión por la cultura popular de sus compatriotas manifestada sobre todo de forma oral.
Y también en Leyendas de Guatemala, publicada en 1939, ya se ve su inmensa maestría literaria para fusionar sabiamente los ambientes más mitológicos con el presente con la actualidad de aquella época.
Esa maestría sin duda era fruto del talento de Miguel Ángel Asturias, pero también de un trabajo constante. De hecho, se sabe que la primera redacción de El señor Presidente fue en 1932, pero desde ese año y hasta su publicación definitiva catorce años más tarde, el autor hizo continuadas revisiones y versiones, hasta que por fin creó la obra que él buscaba.
Además de alguna forma, esta novela inauguró una temática que se iba a repetir en numerosas ocasiones a lo largo de las décadas posteriores en distintos autores de Latinomérica. Y es que Asturias inauguró un subgénero dedicado a los dictadores. Algo que antes que él solo contaba con el referente de la novela Tirano Banderas del español Ramón María del Vallé Inclán.
Y con su forma de describir una dictadura, Miguel Ángel Asturias nos muestra que piensa sobre este tipo de gobiernos. Nos presenta un mundo absolutamente demencial e irracional, de ahí que abunden las escenas de lo más oníricas en la narración. De hecho, podríamos decir que esta novela por momentos pertenece más al Surrealismo europeo que a otros corrientes americanas. Sin embargo, es imposible que una obra así surgiera en otro lugar distinto a Centroamérica.
En fin, esta obra es imprescindible para conocer este autor, que llegó a ganar el Premio Nobel en 1967. Pero también es necesaria su lectura para comprender la evolución de la literatura en Guatemala, Colombia, México o Perú a la largo de gran parte de la pasada centuria.