Signo lingüístico
Ferdinand de Saussure (Ginebra, 1857 – Vufflens, Vaud, 1913) fue el hombre que creó lo que en la actualidad conocemos como lingüística moderna. En su única obra editada por dos de sus alumnos (Curso de Lingüística general) desarrolla todos sus estudios sobre el tema. Entre multitud de conceptos, estableció también el de «signo lingüístico» que es el tema sobre el que nos vamos a centrar en el artículo de hoy.
Una de las principales características que un mensaje sea identificado como «signo» es que pertenezca a un código determinado. Este concepto ya lo explicamos de manera más detallada en el artículo del que te proporcionamos el enlace a continuación:
Pues bien, el código al que el «signo lingüístico» pertenecería sería al de la lengua. Como signo que es, el signo lingüístico consta de un significante y un significado cuya relación es totalmente ARBITRARIA.
Sí es cierto, que hay que señalar que en la lengua, algunos signos determinados como son las onomatopeyas, sí que presentan una estrecha relación entre su significante y su significado ya que voces como «tictac», «quiquiriqui», «guau», «ay», etc. intentan reproducir el sonido que producen los entes que los realizan.
Del mismo modo, las primeras palabras que articulan los bebés como «mamá», «papá» o «cacá» también tienen una relación, pero en este caso por ser los sonidos que éstos son capaces de realizar desde el principio.
Sin embargo, la relación entre el significado y el significante de las onomatopeyas es diferente entre los diferentes idiomas y, esto es debido a que el sistema sobre el que se desarrollo el código cambia. De esta manera, lo que para los españoles es «guau» es para los ingleses «arf» y para los alemanes «wau»; o nuestro «quiquiriqui» será para un francés «cocorico» y parea un inglés «coch-a-doodee-do». Por lo tanto, se puede decir que aún cuando haya alguna relación entre significante y significado, también habrá una parte arbitraria.
No obstante, existen algunos procedimientos que son utilizados en la lírica que sí que están motivados por una relación entre significante y significado como ocurre con el caso de la aliteración, la cual consiste en repetir un determinado sonido con la intención de crear un efecto sonoro especial. Un ejemplo de este recurso literario serían los siguientes versos de Garcilaso en los que pretende reproducir el sonido que las abejas emiten:
Otro aspecto que es una característica importante del signo lingüístico es que es LINEAL. El hecho de ser lineal implica que el significante tiene que ser emitido de manera sucesiva en el tiempo, es decir, es una sucesión de sonidos concreta para cada significado de modo que no se pueden pronunciar todos los significantes de manera simultánea, sino, uno detrás del otro.
Por ejemplo: C-i-e-r-r-a-l-a-v-e-n-t-a-n-a-p-o-r-f-a-v-o-r.
Por último, una característica que no podemos olvidar del signo lingüístico es que tiene DOBLE ARTICULACIÓN. Esta característica es única al lenguaje del ser humano y hace referencia a que, como ya hemos comentado con anterioridad, consta de significado y significante.
Para finalizar debemos añadir que el signo lingüístico tiene componentes gramaticales que les permiten incluirse en el campo paradigmático y sintagmático.