Variedades geográficas
Dentro de las variedades que pueden darse dentro de una misma lengua existen varios tipos: las de carácter sectorial, las del carácter cultural y las del carácter geográfico. La introducción a las variedades de la lengua ya la publicamos en un artículo anterior que si te perdiste puedes acceder a él a través del siguiente enlace que te proporcionamos:
Pues bien, en el artículo de hoy nos vamos a centrar en explicar la variedad de la lengua geográfica. Toma nota.
Para poder entender en su totalidad las variedades diatópicas o geográficas de una lengua tendrás antes que conocer lo que significan los siguientes términos y no confundirlos: la lengua, el dialecto y el habla.
La lengua hace referencia al sistema de carácter lingüístico que sigue un modelo culto, que una comunidad que está desarrollada de manera plena en el campo social y literario utiliza.
Con respecto al término del dialecto, éste puede referirse a dos cosas. Por un lado, la acepción que tiene una esencia histórica y que es menos usada: un dialecto sería la manera evolucionada que tiene una lengua primitiva. De esta forma, todas las lenguas consideradas romances serían los dialectos de la lengua latina.
El otro significado haría referencia a la variedad geográfica que existe en una lengua.
Por último, el habla definiría como cuando la variedad que hemos mencionado en el párrafo anterior no es muy grande.
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Si nos centramos en la Península Ibérica, es importante decir que existen tan sólo cuatro lenguas realmente diferenciadas en ella: el castellano, el gallego, el vasco y el catalán. Pero, además de esto, habría que contar con todos los dialectos que coexisten con estas lenguas en nuestra península. Analizando en primera instancia todos estos datos, se puede decir que existe una gran diversidad lingüística. Pero, ¿de dónde surgió toda esta diversidad? Existen numerosas razones que podrían explicar esto, pero la más importante es la de los motivos de carácter histórico.
Todavía en la actualidad no se sabe con exactitud cómo era el latín que se llegó a hablar en la Península Ibérica. Seguramente tendría bastantes diferencias con el latín que era utilizado en Roma. Sea como fuera, las variaciones lingüísticas que existen en la península ibérica no tienen su origen en la lengua latina, sino, más bien, de las consecuencias que provocaron las invasiones del pueblo árabe en las distintas comunidades autónomas de nuestro país. Del mismo modo, también influyeron los diferentes puntos de resistencia que se llevaron a cabo en el siglo VIII y que se extendieron a lo largo de la Edad Media, dando lugar a los diferentes reinos que coexistieron en nuestra península.
Haciendo una vista rápida de esta diversidad lingüística del mapa de la Península Ibérica nos encontraríamos con: el gallego-portugués, el leonés, el castellano, el vasco, el aragonés, el catalán y el andaluz.