La variedad geográfica del lenguaje
En el artículo de hoy vamos a tratar la variedad geográfica que existe en el lenguaje. Esta vez nos centraremos en el estudio de este tipo de variedad en el español hablado en España. Comencemos:
En primer lugar, hemos de señalar que la variedad geográfica consiste en un grupo de propiedades que tienen que ver con distintas ramas de estudio presentes en la lengua como la fonología, la morfología, la sintaxis y la semántica y que muestran las particularidades propias de la lengua empleada por los hablantes de un punto geográfico concreto. Las distintas variedades geográficas que una lengua presenta tienen un origen histórico, es decir, esta lengua en ese punto determinado ha seguido una evolución distinta a la que ha sufrido en otros lugares, contando además con que el sustrato lingüístico de cada zona previo a la lengua dominante común deja patente su huella en la nueva lengua imperante.
En este contexto, nos encontramos con el concepto de dialecto. El dialecto puede definirse como las distintas manifestaciones de una misma lengua que cuenta con ciertas características exclusivas en un área concreta.
En el español de España encontramos distintas características lingüísticas que distinguen el español hablado en unas zonas de la península de otras. Por ejemplo, en zonas del centro y del sur de España se produce aspiración de la “s” que finaliza una sílaba ([ejcupir] por escupir).
Además de diferencias fonológicas también hallamos distinciones en la gramática del idioma. Así, podemos ver como los objetos reciben distintos nombre según en el punto de la geografía española; esto ocurre, por ejemplo, con la palabra “tobogán” que convive en zonas de noroeste peninsular con la palabra “resbalina”.
A grandes rasgos, podemos dividir el español hablado en España en dos; por un lado, tenemos el español de la zona septentrional de la península y, por otro, el español de la zona meridional.
1. El español septentrional es el empleado por los habitantes de la zona norte y centro de España. Los rasgos definitorios de esta variedad geográfica son:
– La distinción en la pronunciación de las letras “s” y “z”. Los hablantes de esta zona las distinguen perfectamente por ejemplo en palabras como “masa” y “maza”.
– El uso de pronombres personales de segunda persona (tú y vosotros) cuando existe una relación de confianza entre los interlocutores y el empelo de la forma “usted” cuando no existe esa cercanía o quiere expresarse respeto.
2. El español hablado en la zona meridional de España, es decir, en el sur de la península, lo encontramos también en otras zonas como las Islas Canarias o algunos lugares del continente americano. Algunas de las características propias de esta variedad son:
– No se diferencian las letras “s” y “z”, tanto por el fenómeno conocido como seseo ([siervo] por ciervo) como por el denominado ceceo ([zalmón] por salmón).
– La aspiración de la “S” al final de una sílaba es frecuente en estas zonas.
– Se emplea el pronombre personal “ustedes” por “vosotros”, sin tener en cuenta el grado de intimidad entre los interlocutores.
En general, estos serían los rasgos definitorios del español meridional, pero hemos de advertir que existen además múltiples diferencias dentro de la propia lengua hablada en distintas zonas o comunidades meridionales como Andalucía, Canarias, Murcia o Extremadura.