Concha Espina
Hoy dedicaremos nuestro artículo literario a la escritora española Concha Espina, una de las autoras más importantes y reconocidas de la primera mitad del siglo XX.
María de la Concepción Jesusa Basilisa Espina nació en la ciudad de Santander, el 15 de Abril de 1869. Se criaría en el seno de una familia de clase alta pudiente, formada por su padre, Víctor Rodríguez Espina, que ocupó cargo de cónsul, Ascensión Tagle, de clase alta, y los nueve hermanos de nuestra protagonista.
Concha Espina comenzaría a conocer el mundo de la literatura durante su etapa en el colegio religioso donde estudiaba. Comenzaría a escribir sus primeras obras a los trece años, y publicaría su primer poema el 14 de Mayo de 1888, en el periódico El Atlántico de Santander bajo el pseudónimo de “Ana Coe Snichp”.
El 12 de enero de 1893 contraería matrimonio con Ramón de la Serna, con el que se trasladaría a la ciudad chilena de Valparaíso. Allí nacerían sus dos hijos, y la escritora cántabra comenzaría a colaborar con diferentes medios de comunicación, como el periódico argentino “Correo español”.
En 1898 el matrimonio regresaría a España. Poco tiempo después nacerían dos hijos más, uno de ellos fallecería al poco tiempo. En 1903 escribiría un estudio sobre el Quijote, titulado “las mujeres del Quijote”, al que le seguiría un año más tarde, su libro de poemas “Mis flores”. Por aquella época, encontraría tiempo también para colaborar con diarios españoles como “El Cantábrico” o “La atalaya”, y comenzar a relacionarse con otras figuras intelectuales de la época. En 1907 nacería Luis, su último hijo.
En 1909 vería la luz su primera novela, “La niña de Luzmela”. Por aquella época, Concha Espina pudo permitirse el lujo de poder dedicarse por completo a la literatura. Su marido encontraría trabajo en México, pero ella se trasladaría a Madrid junto a sus cuatro hijos. En la capital española sigue colaborando con diferentes periódicos de la época como ABC, y sigue publicando obras como “Trozos de mi vida”, “Despertar para morir”, “La esfinge maragata”, “El metal de los muertos”, o “Dulce nombre”, entre otras. También dedicaría parte de su obra al teatro, como es el caso de “El jayón”, una obra basada en uno de sus cuentos.
A partir de los años 30 comenzaría a perder la vista, quedándose definitivamente ciega en 1940. Durante la Guerra Civil española permanecería en Santander, y a pesar de sus ideales de derechas, fue respetada por las tropas republicanas.
Entre los muchos honores y galardones que ha recibido, se encuentran las candidaturas al Premio Nobel en los años 1926, 1927, y 1928, el Premio Nacional de Literatura de 1927, el Premio Fastenrath, concedido por la Real Academia Española, el nombramiento como miembro de Honor por parte de la Academia de Artes y Letras de Nueva York en 1938, o la medalla de Oro al Mérito al Trabajo de 1950.
Concha Espina falleció en Madrid, el 19 de mayo de 1955, siendo depositados sus restos en el cementerio madrileño de la Almudena. Una de las avenidas más importantes de Madrid lleva su nombre.