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El Buscón, de Quevedo

Publicado por Aroa Plaza

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En el siglo XVII existe en España una amplia variedad en el género de la prosa; encontramos, pues, distintos tipos de novela como por ejemplo la novela bizantina, la religiosa, la crítica, la picaresca, etc. Hoy nos centraremos en el estudio de la novela picaresca de mayor importancia en ese siglo: El Buscón, de Quevedo. Para obtener más información acerca de este autor y del resto de su obra puedes consultar el siguiente enlace: Francisco de Quevedo.

La picaresca es un género puramente español, que como ya sabemos tiene sus orígenes en la obra anónima del Lazarillo de Tormes y se consagra con la publicación del Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán, obra en la que ya encontramos las características esenciales de lo que será la picaresca del siglo XVII. Frente al leve pesimismo que se reflejaba en el Lazarillo, ahora la picaresca muestra una actitud de fuerte desengaño y desolación, la sátira se ve suplida por la ironía y el carácter realista del relato se convierte en una deformación que tiende hacia lo caricaturesco. El pícaro del siglo XVII es un pícaro que tienen conciencia de su clase social, de su condición de marginado y su espíritu vil; por tanto, se aleja ya de aquel pícaro que aparecía ante los ojos del lector como un pillo astuto y simpático.

En este siglo se escribieron numerosas obras pertenecientes a este género. Algunos títulos son: La pícara Justina, del año 1605; Vida y hechos de Estebanillo González, escita en 1646, y ante todo, el Guzmán de Alfarache escrito por Mateo Alemán y formada por dos partes, la primera del año 1599, y la segunda publicada en 1604 bajo el título Segunda parte de la vida de Guzmán de Alfarache, atalaya de la vida humana, y como no, el libro que hoy nos ocupa, El Buscón de Quevedo.

La vida del buscón llamado don Pablos o, como es más conocida, El Buscón constituye la obra literaria perteneciente al género picaresco de mayor calidad artística. Quevedo la escribe en su juventud y es publicada en el año 1926 con el largo título de Historia de la vida del buscón llamado don Pablos, ejemplo de vagabundo y espejo de tacaños. En este libro encontramos una serie de capítulos de la vida del protagonista que muestra cierta intención moralizante, aunque no tan evidente como en el Guzmán. Aquí el protagonista es un delincuente que realmente no busca un cambio sino que desea ascender por medio del engaño y lo que finalmente consigue es la degradación más absoluta.

En esta obra Quevedo muestra perfectamente las nuevas tendencias barrocas, así vemos el manejo perfecto de recursos como la intensificación y la acumulación, junto con otros como el chiste o el retruécano, que le sirven al autor para presentar un mundo lleno de seres despreciables que viven en un mundo igual de mezquino y macabro del que Quevedo hace una genial sátira en su gran novela picaresca.

Como conclusión, podemos apuntar que para obtener una visión de la trayectoria de la picaresca en España sería conveniente comenzar la lectura con el Lazarillo de Tormes, los orígenes del género; continuar con el Guzmán, consolidación de este tipo de novela, y acabar con El Buscón, obra perfecta de este tipo de literatura.