La Historiadora
En el día de hoy dedicamos nuestra entrada a la afamada novela de suspense dedicada por enésima vez a la figura de Drácula, firmada por la autora estadounidense Elizabeth Kostova.
Publicada en lengua inglesa en junio del año 2005, por la editora Little, Brown and Company unos mese más tarde, haría lo propio en castellano la editorial Umbriel. Cuenta 702 páginas y una llamativa portada que nos avanza lo siniestro que encontramos al bucear en el interior.
Su publicación fue publicitada por todo lo alto, en cierto modo aprovechando el tirón de un bestseller editado 2 años antes, en 2003: El Código Da Vinci, del autor Dan Brown.
Las similitudes entre una y otra novela, además de la ardua labor de difusión en los medios, pasa por contar con una trama histórica con el suspense como hilo conductor. Si bien para la novela que hoy revisamos el protagonista histórico resulta, a priori, mucho más inquietante: Vlad Tepes, el empalador regresa a primera plana de la mano de Kostova, pero más como personaje real que como el origen de la leyenda de Drácula.
La autora, de ascendencia eslovaca -New London, USA 1964 – siente fascinación por las tierras balcánicas de las cuales procede, con la idea inicial de retomar una de las leyendas populares más extendidas desde la vetusta Europa, comienza una labora de investigación que se prolongará durante diez años.
El resultado final es una novela que podría encuadrarse dentro del género de terror, o suspense, un thriller histórico salpicado de referencias turísticas.
La bibliofilia o quizá la erudición como bendición y maldición al mismo tiempo, pueden servir a modo de temática principal. Su título original en lengua inglesa “The Historian” al carecer de género alguno, bien puede referirse a un elenco de protagonistas corales que tienen como factor común el amor profundo a la historia y una fascinación profunda por la siniestra historia del personaje Vlad Tepes, príncipe de Valaquia (actual Rumanía, donde Tepes es considerado héroe nacional) allá por el siglo XV, por todos conocida su crueldad y brutalidad a la hora de castigar al enemigo otomano. El mismo personaje en el que se basaría el autor irlandés Bram Stoker para su archiconocido “Drácula”.
Es el mismísimo Vlad quien decide dar a conocer su eternidad mediante documentos siniestros que irá ofreciendo a los bibliófilos personajes de nuestra trama. La autora decide por tanto presentarlo como un erudito más, conocedor de la Historia, esa que le hace grande.
Uno de aquellos personajes Paul, y su hija sirven como hilo conductor principal, una relación fría y estricta que poco a poco irá tornando en un deshielo para ir desvelando los secretos de un padre que pretende salvar a su hija de la mala suerte que corriera su desaparecida esposa.
Además de la trama principal, la novela está llena de subtramas que se entrelazan y añaden capas de complejidad a la historia. Kostova hace un trabajo magistral al mantener al lector enganchado a través de estos hilos narrativos, cada uno revelando un poco más sobre el misterio central.
La Historiadora también es notable por su vívida descripción de los lugares que los personajes visitan en su búsqueda. Desde la antigua Constantinopla hasta la remota Transilvania, Kostova pinta un retrato detallado y atmosférico de cada ubicación, sumergiendo al lector en la rica historia y cultura de estas regiones.
La novela también explora temas profundos como la obsesión, el sacrificio y el amor. A través de los personajes de Paul y su hija, Kostova examina cómo la obsesión con el pasado puede consumir el presente y cómo el amor puede llevar a las personas a hacer sacrificios inimaginables.
Para el lector que desee aproximarse a esta novela, la tan manida temática puede significar un paso hacia atrás. Si bien, el tufo histórico que destila la obra, va más allá de la moda vampiresca de la última década. Más allá de la saga Twilight, quedan lugares y personajes reales. Obsesiones personales que cada día desvelan misterios de otros tiempos, susurros de otras voces.
En la Historiadora, Elizabeth Kostova ha conseguido crear una obra que, aunque se basa en una figura tan conocida como Drácula, logra ser única y original. Con su meticulosa investigación y su habilidad para tejer una trama compleja y emocionante, Kostova ha creado una novela que es tanto una historia de suspense como una reflexión sobre la historia y la obsesión.