Lewis Carroll
Lewis Carroll nació en Inglaterra en el año 1832. Tuvo una infancia feliz y tranquila aunque se crió con diez hermanos.
Desde pequeño fue un niño prodigio que destacaba en la asignatura de matemáticas. Se graduó en la Universidad de Oxford en la carrera de matemáticas y trabajó como profesor de la misma durante cincuenta años. Años después, fue ordenado diácono de la Iglesia Anglicana, al igual que su padre lo fue en su momento.
Desde muy joven tuvo problemas para dormir y utilizaba esos momentos para descifrar los teoremas matemáticos que tanto le gustaban.
Lewis Carroll era un hombre muy poco sociable que tenía predilección por las niñas pequeñas. Él prefería tener conversaciones y pasar su tiempo libre con ellas. De hecho, fue durante un paseo con unas niñas con las que solía relacionarse, Alice Liddell y sus hermanas, cuando se le ocurrió la historia de la obra literaria que lo hizo mundialmente famoso. Esta obra la llamó en un primer momento “Las aventuras subterráneas de Alicia”, pero, cuando ésta fue publicada en el año 1865, el título fue modificado al que hoy en día conocemos, “Alicia en el país de las maravillas”.
Esta obra consiguió un éxito abrumador entre el público joven, infantil, adulto e incluso, la barrera siempre más complicada de sobrepasar, la crítica. Por esta razón, Lewis Carroll sintió tanta motivación que escribió la continuación de ésta obra a la que tituló: “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”.
La obra de «Alicia en el país de las maravillas» tuvo tanto éxito gracias a su naturaleza innovadora llena de elementos fantásticos, despropósitos, paranoias, argumentos lógicos y matemáticos, filosofía y sátira.
Lewis Carroll también trató otros géneros literarios como la poesía, con «La caza del Snark» o el cuento, con «Silvia y Bruno». Como era de esperar también plasmó su sabiduría matemática en libros de esta materia.
Otra de las grandes aficiones del autor era la fotografía, gracias a la cual, hemos podido ver el rostro de Alicia Liddell, la niña que lo inspiró para crear su más importante obra, e incluso a sus hermanas, con las que también pasó mucho tiempo. Carroll solía fotografiarlas con diferentes vestimentas y disfraces.
Toda esta amistad tan profunda con las niñas, sobretodo con Alicia, ha sido y será siempre objeto de críticas, puesto que no es ni era normal que un adulto tuviera esta relación, que en ocasiones incluso podía verse como una especie de obsesión, con unas niñas pequeñas. Lo cierto es que existen motivos para generar todas estas habladurías, ya que, por un lado, cuando éstas crecían, l dejaba de hacerle caso y se hacía amigo de otras niñas más pequeñas, y, por otro, antes de morir, quemó muchas fotos y documentos en relación a estas niñas por alguna razón que ni biógrafos ni historiadores han conseguido nunca explicar, aunque sí, como todos, imaginar.
Por último, cabe destacar que la relación de Carroll con Alicia fue algo aparte, pues con ella sí que mantuvo relación hasta unos días antes de fallecer en el año 1898, razón por la que siempre se ha dicho que el autor pudo haberse enamorado de ella.