Alicia a través del espejo
Hoy nuestra entrada la vamos a dedicar a reseñar una de las obras herencia del autor británico Lewis Carroll: “Alicia a través del espejo (y lo que Alicia allí encontró)”, la novela que continuaría a la famosa “Alicia en el país de las maravillas”
La novela fue publicada en el año de 1871, 6 años después de su predecesora dando así continuación a las aventuras de Alicia.
Encasillar ambas obras dentro de la literatura infantil supondría dejar fuera de juego gran parte de la significación de su contenido. Una vez desprovistos de esa mirada infantil o naif, iremos mucho más allá en el análisis de una de las obras clásicas de la literatura inglesa del siglo XIX.
Lewis Carroll (pseudónimo del reverendo inglés: Charles Lutwidge Dodgson), no solo fue escritor, sino un gran aficionado a la lógica y a las matemáticas. Aparecen en ambos títulos, juegos de mesa en los que las dos materias se mostrarán como hilos conductores de la trama; Si en la primera novela, Alicia jugaban con cartas humanoides de una baraja. En la secuela de aquella, se moverá por un tablero de ajedrez, acabando el libro al mismo tiempo que se resuelve la partida de ajedrez.
Para muchos críticos hay un sinfín de alusiones simbólicas en los trabajos literarios de Carroll, al igual que son innumerables las visiones subjetivas que de ellos se han elaborado.
Sí que parece recurrente la crítica que el autor hace a la férrea y encorsetada sociedad victoriana a la que pertenece. Así partiendo del commonsense, ese sentido común y estructurado de la sociedad británica del siglo XIX, Alicia, con su mirada infantil, traerá consigo el nonsense al mundo al revés. Parece querer decir el autor, que a veces más vale la ruptura de las reglas que la inclusión sistemática de excepciones que las mantengan con vida.
Para la primera obra, traslada a Alicia al País de las Maravillas, hablando de su secuela, el viaje lo tomará al atravesar el espejo que luce en el salón de su casa, para acabar llegando al mundo al revés. Ese viaje, como representación misma de la distorsión de la realidad tan manida de la época, no debe ser tomado a la ligera.
Una infinidad de poemas navegan a lo largo de toda la composición, en la mayoría de los casos, haciendo imperativo el nonsense. Si bien en esta segunda novela dedicada a Alicia, el ritmo puede ser tomado con mayor rapidez, la inclusión de fragmentos de poesía carente de sentido, puede hacer tediosa su lectura.
Los personajes que en esta novela se representan, bien podría tomarse como una distorsión de los valores del humano, como clara muestra de las desviaciones sociales.
Recurrente en la crítica aparece además la apología del uso de estupefacientes, siendo común el uso del opio en su época.
En cualquier caso, se trata de una doble lectura. Primero, una aproximación infantil a un mundo de aventuras y fantasía. Para el lector adulto, la obra ha de ser disfrutada desde el contexto de la época y de su autor.