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Literatura europea

Publicado por Pablo

literatura-europea.jpgCuando sale a colación el concepto de «literatura europea» suelen existir confusiones, dada la amplia variedad del acervo literario que lo conforma. Por lo tanto, vamos a ofrecer una definición precisa: la «literatura europea» es el conjunto de textos literarios que se han producido en el ámbito geográfico de los países europeos, durante el lapso de tiempo que va desde la desaparición del Imperio Romano (momento final de la así llamada «literatura antigua» o «literatura clásica») hasta la actualidad, es decir, desde aproximadamente el siglo VI hasta el siglo XXI, en los países ibéricos (España y Portugal), en los mediterráneos (Italia, Grecia, los Balcanes), en Centroeuropa (Austria, Hungría, Chequia, Eslovaquia, Suiza, Alemania, Polonia), Francia, las Islas Británicas, Escandinavia (Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca) y Rusia.

El estudio de la «literatura europea» supone, de esta manera, un reto. Para hablar de ella es necesaria superar el concepto de literatura nacional y olvidarse de hablar de la literatura española, francesa o italiana, pero también es necesario detenerse antes de llegar al concepto más amplio de «literatura occidental», que incluiría las literaturas americanas (tanto la literatura norteamericana como la literatura latinoamericana) y las contrapondría en su estudio a las «orientales» o las «africanas». Estudiar la «literatura europea» supone así mantener un difícil equilibrio, que ha de buscar las corrientes comunes a todas las literaturas nacionales que componen Europa y a la vez aquello en lo que se diferencian éstas de las que no son europeas.

Si hay algo, pues, que nos permita hablar de una «literatura europea» como un conjunto cohesionado y potencialmente diferente de la «literatura occidental», ese algo hay que buscarlo en la historia, en el idéntico proceso de formación de la mayoría de las literaturas nacionales que hoy agrupamos en la «literatura europea». Así pues, sus orígenes están en la disolución del Imperio Romano y la creación de los diversos reinos germanos durante los siglo V y VI en prácticamente todo el territorio europeo. La relativa semejanza de la mayoría de estos pueblos de procedencia germana -visigodos, francos, sajones, lombardos…- así como la manera pareja que tuvieron de adaptar el idioma y la cultura de los romanos provocaron una serie de procesos más o menos similares que desembocaron tanto en el nacimiento de unas lenguas romances de tronco común -español, italiano, francés, portugués, catalán o gallego- así como en una literatura de temática y estilo francamente similar.

Basado en ese origen y devenir común, frecuentemente mezclado y, citando al filósofo español Ortega y Gasset, «unida en su diversidad», esta conjunto de literaturas nacionales o regionales mantuvieron un fondo común muy similar que hoy nos permite de hecho hablar de «literatura europea» y de sus diferencias con las literaturas de otras partes del mundo.