Literatura aborigen
Aunque hoy en día «aborigen» es un término poco utilizado, y se aplica casi exclusivamente cuando se habla de los aborígenes de Australia y otras zonas de Oceanía, en realidad se denomina «aborigen» a aquello que es históricamente originario del área en la que vive. El aborigen de una zona determinada es quien la ocupaba antes de que llegaran sus actuales moradores, al menos hasta que se tiene constancia históricamente.
La literatura aborigen sería, por lógica consecuencia, el conjunto de obras literarias creadas por los pueblos aborígenes de una zona determinada. Pero, por norma general, cuando hablamos de literatura aborigen solemos referirnos a las literaturas creadas por los pueblos que habitaban el continente americano antes de la llegada de los europeos. Hablamos, por lo tanto, de las literaturas de mayas, incas, aztecas y las demás culturas precolombinas.
En ese sentido es pertinente hablar de la literatura quechua (escrita en la lengua que era hablada por los incas) que, además, está escrita en una lengua que no sólo no ha muerto sino que siguen siendo hablada, hoy en día, por miles de latinoamericanos.
Las obras literarias escritas en quechua empezaron siendo colectivas y anónimas, y en un principio se dividían entre las obras populares, que expresaban temas relacionados con el sentimiento y la cotidianidad del pueblo llano) y las obras cortesanas, que los llamados amautas transmitían entre las clases altas y que constituía la «cultura oficial». Una división, por otra parte, muy similar a la que experimentaron las literaturas europeas.
Con el tiempo, sin embargo, ese carácter anónimo y colectivo de la literatura quechua fue perdiéndose. El surgimiento de la importancia de la autoría y la individualidad dieron paso a la llamada literatura quechua contemporánea, que sigue viva en muchos lugares.
Sin embargo, la literatura quechua, con el ser el ejemplo más conocido de literaturas indígenas, no es la única ni mucho menos. La literatura náhuatl, la literatura azteca y la literatura maya no le van a la zaga en importancia. De esta última, en concreto, surgieron algunas obras bien conocidas como el «Libro de Chilam Balam» o el «Popol Vuh».
La lengua mapudungun, por otra parte, sigue alimentando hoy en día su propia literatura, la poesía mapuche, que se perpetúa gracias a la aportación de autores como «Elicura Chihuailaf», «Leonel Lienlaf» o «Lorenzo Aillapán Cayuleo».
Es importante pues recalcar que lo aborigen no debe, necesariamente, hacer referencia a pueblos y culturas ya desaparecidas. Los aborígenes son los pueblos que ocupaban América antes de la conquista europea. Muchas culturas se perdieron entonces, pero otras no, y éstas siguen hoy en día produciendo su propia literatura.