Pío Baroja
En el artículo de hoy nos trasladamos hasta los inicios del siglo XX para hablar de uno de los autores más importantes de la Generación del 98, nos referimos al novelista Pío Baroja. Así pues, a continuación repasaremos la biografía y trayectoria literaria de este autor. Comencemos:
Pío Baroja nace en San Sebastián en 1872, pero pasará casi toda su vida en la capital de España, Madrid. Aunque si realizó viajes por España y Europa, no fue un gran viajero. Baroja prefería la rutina y el sedentarismo que le permitían entregarse a la lectura y la escritura. Su carácter huraño, su amor por la soledad y un espíritu inconformista que le hacía rebelarse contra todo (sociedad, religión, políticos, etc.) hacen de él un gran pesimista, que fijaba su atención en la parte negativa del hombre: en la maldad, el egoísmo, la crueldad, etc. Pero, en realidad, detrás de esta visión pesimista de la vida se escondía un hombre tremendamente compasivo capaz de mostrar una gran ternura hacia los más desvalidos y discriminados, un hombre sentimental sediento de afecto y muy sensible a la injusticia y el dolor ajeno. Soñaba, pues, con un mundo mejor, con una España justa libre de odio.
Pío Baroja es un gran lector, pues se formó a través de la lectura, y entre las lecturas que más influyeron en su escritura encontramos principalmente obras de dos grandes filósofos: Schopenhauer, que apoya esa visión pesimista de la vida que Baroja tenía, y Nietzsche, del que Baroja toma el vitalismo, donde la vida se justifica por medio de la acción. En su juventud, abrazó ideas anarquistas que posteriormente dejarán paso a un contundente escepticismo.
En cuanto a su estilo podemos decir lo siguiente:
Pío Baroja era un autor que defendía la libertad a la hora de escribir novela, decía que todo tenía lugar en ella y que no hacía falta un planteamiento previo, sino que la naturalidad y la espontaneidad eran valores positivos en su creación. Si pensamos en este planteamiento, a primera vista muchos momentos de sus novelas nos pueden resultar anecdóticos, divagaciones del autor o acumulaciones de historias unas tras otras, por ejemplo. Pero, realmente, detrás de su escritura no había tanta espontaneidad como quería hacernos pensar y a través de una delgada y etérea línea argumental Baroja estructuraba sus obras.
Para escribir sus novelas, este autor ponía su mirada sobre la realidad. Los ambientes, los personajes, las circunstancias y escenarios en los que se desarrollaban sus historias eran extraídos del mundo que le rodeaba, pero siempre pasados por el tamiz de su particular visión de las cosas. Los protagonistas de sus obras, que aparecen acertadamente dibujados aunque el autor los delineara de manera sencilla, normalmente son personajes que viven en la marginalidad, unas veces llenos de frustración y otras veces dispuestos a la acción.
Muchas veces su estilo ha sido criticado argumentando que se trata de un autor descuidado. Y aunque es cierto que no en toda su obra se observa el mismo nivel, en general, es un autor que apuesta por la espontaneidad, la sencillez y la claridad, que defendían tanto él como los demás autores de su generación, buscando la brevedad y la expresividad.
En el próximo artículo nos centraremos ya en el estudio de su obra. ¡No olvides leerlo!