La novela española de preguerra
En este artículo revisaremos las características de la novela española producida con anterioridad a la Guerra Civil que se desató en España en el año 1936. En esta época existen dos maneras de entender la novela, aunque ambas tienen una característica que las une: la ruptura con el realismo decimonónico. Veamos esas dos formas o modos:
1. La primera forma de entender la novela de principios del siglo XX, además de rechazar el realismo del siglo anterior, recupera la subjetividad y escoge una actitud expresionista frente al positivismo y realismo del siglo XIX, que ya se hallaba en franca decadencia. Sus máximos representantes son escritores como Miguel de Unamuno, Pío Baroja o Azorín.
2. El segundo modo de abordar la novela en esta época representaría una nueva forma de concebir la narrativa, cuya motivación principal sería una clara preocupación artística. De este lado, encontramos autores como Gómez de la Serna, Valle-Inclán o Azorín en su segunda etapa.
El desarrollo de estas dos formas de entender la novela se ve marcado por una serie de fechas:
– En el año 1902 se publican tres obras de vital importancia: Camino de perfección de Pío Baroja, Amor y pedagogía de Unamuno y La voluntad de Azorín. Estas tres novelas, desde una perspectiva histórico-social, suponen la culminación del proceso de radicalización de una pequeña burguesía de provincias que se encuentra insatisfecha. Desde el punto de vista literario, estas novelas representan la ruptura con el realismo imperante en la literatura del siglo XIX. Estos jóvenes autores renunciarán a una serie de ideales como consecuencia de la crisis existente en la narrativa, reflejo de esa insatisfacción burguesa amparada en el Simbolismo. En estas novelas no encontraremos como temas principales el fracaso o la muerte, sino que sus protagonistas buscarán el sentido de la vida, pero eso sí, acompañados de un permanente sentimiento de dolor de vivir y de angustia metafísica.
– En 1911 se publica otra fundamental, Las inquietudes de Shanti Andía de Pío Baroja. En ese momento, se percibe una crisis en lo que conocemos como Generación del 98 y la publicación de esta obra supondrá el último reflejo de ironía, de nostalgia de la libertad personal y de la justificación de las contradicciones personales.
Esa primera manera de entender la novela de la que hemos hablado anteriormente se produce, pues, entre los años 1902 y 1911.
– De la mano del escritor Ramón Gómez de la Serna, a partir del año 1920, llegan a España las vanguardias literarias y, por consiguiente, esa segunda forma de entender la novela que pretende encontrar un nuevo modo de comprender la narrativa. En 1922 se publican tres obras de importancia en la segunda etapa de Azorín: Don Juan, Doña Inés y Félix Vargas. En 1923 es Gómez de la Serna quien irrumpe en el panorama literario con su obra La quinta de Palmyra. Esta nueva forma de novelar encuentra en estas obras su máxima expresión, que darán lugar, en 1925, a la publicación del conocido ensayo de Ortega y Gasset titulado Ideas sobre la novela, donde este autor ofrece sus opiniones sobre este nuevo modo de novelar. Este ensayo será concebido por Ortega y Gasset para contestar al escrito por Baroja en el prólogo a su obra La nave de los locos, donde Baroja contesta a las críticas vertidas por Ortega, en El Espectador, sobre su forma de escribir.