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Stendhal

Publicado por Aroa Plaza

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Hoy, en la sección de literatura de La Guía 2000, es el turno de uno de los autores realistas más destacados de Europa. Hablamos de Henri Beyle, conocido por todos por el pseudónimo de Stendhal, quien junto con Balzac iniciaría esta corriente que más tarde defenderían autores de la talla de Flaubert, que la derivaría hacia el Naturalismo, o Tolstoi y Dostoievski, que aportaron novedades al Realismo que lo relanzaría cuando parecía que llegaba su fin.

Sthendhal escribió a lo largo de su vida tres novelas que poseen las características del nuevo estilo realista del siglo XIX, son las conocidas por los títulos Rojo y negro, del año 1830; Cartuja de Parma, de 1839; y la inacabada Lucien Leuwen. Las tres obras presentan la falta de escrúpulos, la traición y la astucia como las maneras con las que conseguir el ascenso en la sociedad, motivo por el que los protagonistas de su obra de gran espíritu pero de baja clase social acaban haciendo pactos con la sociedad.

Cuando ya ha pasado la treintena es cuando Stendhal se plantea se escritor. Rechazaba la fantasía sentimental y en sus lecturas buscaba la lógica y la verdad, por lo que, más tarde, aconsejaría no leer libros posteriores al siglo XVIII, salvo algunas excepciones. Y es que el pensamiento de Sthendhal era un pensamiento totalmente antirromántico: defiende la lucidez como arma contra la desilusión. Para llegar a ser un gran escritor, este autor apuesta por conocer a los hombres, así como a uno mismo, plasmar la realidad tal y como es, incluso aquellos detalles que no poseen ningún lirismo y que, normalmente, no serían interpretados como elementos literarios. Por ejemplo, en la obra Paseos por Roma hace una descripción de la cúpula de San Pedro y ofrece al lector las medidas de dicha cúpula. Sin embargo, Stendhal no era amigo de realizar descripciones de los paisajes que frecuentaban sus obras o de las ropas que vestían; igualmente escueto era el autor cuando en sus libros llegaba el momento de pasajes sentimentales con los que hubiera sido fácil ocupar un gran número de líneas. Incluso, en algunas ocasiones, llega burlarse de las costumbres de la tradición novelística. Y aunque estos aspectos resultarían sorprendentes para el lector de la época, todavía lo sería aún más si cabe el hecho de que Stendhal se mostrara moralmente ambiguo, ya que apoya a sus protagonista tanto cuando son ruines que cuando actúan movidos por la bondad o la generosidad. Esta actitud de desapego hacia lo pasional que muestra Stendhal en sus novelas es un claro reflejo de un desapego hacia la sociedad: rechaza la aristocracia pero tampoco es partidario de la democracia; y los sentimientos hacia el pueblo también son contradictorios, a veces lo aborrece y a veces desea su felicidad.

Aunque este autor ha sido conocido gracias a sus novelas, cuenta también con un buen número de obras de carácter ensayístico y algunas memorias, como por ejemplo: Vidas de Haydn, Mozart y Metastasio, de 1815, Vida de Napoleón, escrita entre 1817 y 1818, Roma, Nápoles y Florencia , del año 1817, Racine y Shakespeare, de 1823, o la anteriormente mencionada Paseos por Roma, de 1829.