Sustantivos individuales
Los sustantivos son un elemento crucial para la gramática, pues son la manera más directa que tenemos de nombrar a una persona, un animal, un objeto o una idea. Sin ellos, sería difícil concretar el lenguaje y hacer explícito a qué nos referimos exactamente. Y naturalmente, por eso mismo los sustantivos conforman una lista enorme de palabras. En La guía de lengua llevamos ya varios días tratando de abordar esta gigantesca categoría gramatical, estudiando sus diferencias internas y sus principales características.
En realidad, la forma que tenemos de dividir los sustantivos en grupos es muy diferente a como se dividen los verbos, los adverbios o los adjetivos. Aquí no existe una lista de categorías en la que cada sustantivo encaje perfectamente, sino que tenemos una serie de rasgos aplicables a cada uno de ellos. Estos rasgos suelen ir en parejas, y dentro de cada una de esas parejas, ambos miembros se contraponen. Así, un sustantivo puede ser propio, pero entonces nunca será común. Si es concreto, no podrá ser abstracto, etcétera. Pero sí puede ser abstracto y común, propio y concreto…
Hoy vamos a iniciarnos en una de esas categorías. En concreto, veremos cómo son los sustantivos individuales (o unitarios) y cómo se contraponen a los sustantivos colectivos.
La definición es bastante sencilla, pero luego habremos de hacer un matiz: por sustantivo individual entendemos aquél que designa una persona, un animal, un objeto o una idea en tanto unidad, es decir, que se puede “singularizar” y “pluralizar”. Por ejemplo, una mesa. Podemos tener una mesa o diez mesas. O un gato. O un amigo. O un soldado. Todas esas cosas pueden expresar en singular y plural en tanto que las podemos entender como unidades individuales.
En contraposición a eso, están cosas como la madera, la fruta, el dinero o el ejército. Esos nombres son colectivos y -por lo general- sólo se pueden expresar en singular, pues llevan ya dentro de sí una especie de “pluralidad” de miembros.
Ahora bien, en determinados casos, los verbos colectivos se pueden expresar en plural, como cuando decimos “los ejércitos de Napoleón”. El sustantivo, en este caso, “actúa” -pero solo “actúa”- como si fuera individual, es decir, se comporta gramaticalmente como un sustantivo individual, aunque sigue siendo colectivo.
Es importante entenderlo: un sustantivo colectivo puede actuar en ciertas ocasiones como un sustantivo individual, pero un sustantivo individual nunca puede aparecer gramaticalmente como un sustantivo colectivo.