Sustantivos compuestos
En La guía de lengua llevamos unas semanas dedicándonos en exclusividad al estudio y la compresión de los sustantivos (también llamados nombres). Lo que nos interesa es estudiar sus principales rasgos y funciones, pero sobre todo queremos saber cómo se dividen los sustantivos, cómo se diferencian unos de otros. Ya sabemos que los sustantivos son esos tipos de palabras que nos conceden la posibilidad de referirnos a elementos del mundo real, ya sean estos personas, animales, objetos o ideas. Como es natural, existen miles de ellos, y en esta situación una buena categorización de los mismos se nos antoja fundamental.
La división interna de los sustantivos es, antes bien, sumamente distante de las demás. Si bien otros tipos de palabras se categorizan según un cuadro general de categorías maestras, dentro de las cuales van colocándose cada uno de sus miembros, los sustantivos tienen su propia manera de organizarse. En realidad, aquí lo que existen son una serie de categorías duales, que pueden ser A o B, pero no ambas, y que por acumulación van definiendo a cada uno de los sustantivos. Por ejemplo, un sustantivo puede ser abstracto o concreto, propio o común, contable o incontable, etcétera.
Una de esas categorías es la que hace referencia a la composición de los propios sustantivos. Así, según esté formado por una sóla raíz, podrá ser simple; o si está formado por más de una raíz, podrá ser un sustantivo compuesto.
Los sustantivos compuestos, que son los que queremos tratar en este artículo, se definen de una manera muy sencilla: son aquellos formados a través de la unión de dos o más palabras simples.
Pongamos algún ejemplo:
bocacalle
sacacorchos
pelirroja
albiceleste
mapamundi
mediodía
cortafuegos
Hay que entender bien que, cuando estos sustantivos se pueden pluralizar (es decir, son contables), la parte que se pluraliza es la que va en última posición. Por ejemplo, el plural de “bocacalle” no es “bocascalles”, sino “bocacalles”. Así mismo, diremos “pelirrojas” y no “pelisrrojas”, “mapamundis” y no “mapasmundis”.
Por otra parte, y como se habrá podido notar, estos sustantivos compuestos pueden formarse a través de palabras de diferentes categorías gramaticales. Por ejemplo, pueden formarse a través de la unión de dos sustantivos (como es el caso de “mapamundi”); a través de la unión de un sustantivo y un adjetivo (como son los casos de “mediodía” o de “pelirroja”, aunque en distinto orden), o incluso de a través de la unión de un verbo y un sustantivo (como es el caso de “sacacorchos” o de “cortafuegos”).