Los adjetivos
Al igual que os hemos hablado sobre qué son los sustantivos, hoy queremos aportar información sobre los adjetivos. Un tipo de palabras que hemos de decir que pertenecen a una clase abierta, es decir, que van aumentando según la evolución de la sociedad, de ahí que hoy usemos nuevos adjetivos como por ejemplo: cibernético o disruptivo.
Una característica intrínseca a los adjetivos es que concuerdan en género y número con los sustantivos a los que acompañan. Se dice el chico es guapo y las chicas son guapas.
En realidad los adjetivos no tienen ni género ni número, sino que se les hace concordar con el sustantivo. Una concordancia que tiene varias formas.
En cuanto al género, hay algunos que no tiene variación, es decir son invariables de género, como alegre o verde. Mientras que otros si tiene su presentación en masculino y femenino: contento y contenta, rojo y roja.
Al mismo tiempo que para diferenciar singular y plural funcionan igual que los sustantivos, o sea que se añade una –s, -es.
El función más evidente de los adjetivos es la de expresar una cualidad de los sustantivos. Ahí están los ejemplos de bello, colorado o valiente. No obstante esto es únicamente aplicable a los adjetivos calificativos. Pero hay más.
Por ejemplo están los adjetivos de relación o pertenencia. Mucho más habituales de lo que pensamos. Sin ir más lejos, mental relativo a la mente o musical relativo a la música.
Además están los adjetivos gentilicios que aluden a un origen o procedencia, sea un país, una ciudad o una pequeña región: cubano, mendocinos o alcarreña.
Y hay más tipos, como los cuasideterminativos, cuya definición ya nos indica que son palabras muy próximas a los determinativos. Estamos hablando de adjetivos como próximo, primero o postrero.
Salvo este tipo de los cuasideterminativos y los gentilicios, el resto de adjetivos tiene una característica propia y de la que carecen los sustantivos. Tienen distintos grados: grado positivo, comparativo y superlativo.
El primero, el grado positivo es su forma básica: malo o barato.
El comparativo es cuando esos mismo adjetivos van acompañados de adverbios como más, menos, tan o igual de. Y se usan para comparativos de superioridad: este coche es más barato que aquel. De inferioridad: Pedro es menos malo que Juan. O de igualdad: Mi coche es tan barato como el tuyo, Pedro es igual de malo que Juan.
No obstante hay que mencionar varios adjetivos que no admiten comparativo, ya que los llevan implícito en su significado: mejor, menor, peor, inferior, mayor, superior.
Y por último están los adjetivos en grado superlativo. Son aquellos se cuantifican para indicar el grado más alto de una cualidad. Básicamente se acompañan del adverbio muy o de los sufijos –ísimo, -érrimo:
Muy pobre, pobrísimo, paupérrimo.
Sin embargo, de los superlativos os hablaremos más abundantemente en un post posterior.