La estructura de la obra literaria
Hoy, en La Guía 2000,centramos nuestra atención en la estructura de la obra literaria. Cada obra literaria constituye por sí misma una unidad lingüística y artística que posee un significado propio así como una estructura específica. En esta estructura de la obra literaria podemos encontrar dos niveles que la conforman:
1. Aspectos lingüísticos: que dividiremos en tres planos:
a) Plano fónico: donde adquieren especial relevancia los elementos que tienen que ver con la sonoridad de una lengua, como son los fonemas y el compendio de recursos sonoros, que posee el lenguaje literario para crear distintos efectos, como la rima, la métrica, el ritmo, etc.
b) Plano morfosintáctico: en el que la estructura de las palabras pertenecientes a una lengua concreta y las distintas posibilidades de combinación de palabras y oraciones son los rasgos distintivos.
c) Plano semántico: donde los vocablos escogidos y lo valores significativos que estos aportan al texto son los protagonistas.
2. Contenido: donde distinguiremos:
a) De qué trata la obra literaria: lo que podremos descubrir encontrando el tema principal que recorre el texto y que, generalmente, se halla relacionado con ideas recurrente en la tradición literaria, con la historia o con aspectos de la realidad del momento. A parte del tema central de la obra, encontraremos también una serie de motivos literarios que enriquecen el argumento o la trama principal de la obra y que dependerán de la época literaria en la que se produzca la obra, del género al que esta pertenezca o de la cultura en la que se inscriba. Algunos de ellos se han convertido a lo largo del tiempo en lo que conocemos con el nombre de tópicos, como por ejemplo el locus amoenus, la captatio benevolentiae o el carpe diem.
b) Cómo se organiza el contenido: donde podemos señalar, fundamentalmente, dos niveles:
– Primer nivel: Estructura externa.
En la estructura externa observamos cómo se ha organizado formalmente el contenido de una obra literaria. Así, por ejemplo, un libro puede estar dividido en capítulos, actos, partes, jornadas, etc.; un poema puede está compuesto por un determinado número de estrofas o versos. Es decir, la estructura externa responde a la parte visual en la que se divide el contenido.
– Segundo nivel: Estructura interna.
La estructura interna responde al modo en que se organiza temáticamente el contenido. El tipo de estructura interna empleado con mayor frecuencia es la tradicional que divide el texto en tres partes: introducción, nudo y desenlace. Pero, podemos encontrar diversas formar de estructurar el contenido temático de una obra, por ejemplo: la estructura abierta o cerrada, es decir, aquella que permite seguir añadiendo elementos al texto en su final o aquella que no presenta un final definitivo, respectivamente. La estructura lineal, en la que los acontecimientos se suceden uno tras otro siguiendo un determinado orden, ya sea cronológico o vivencial; la estructura concéntrica, donde el tema principal es la parte central de la obra y los demás acontecimientos giran en torno a él; la estructura convergente, en la que los acontecimientos convergen en un punto final; etc.