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Oraciones imperativas

Publicado por Pablo

orimperativas.jpgEs mediante la creación de oraciones como expresamos nuestros pensamiento cuando éste responde a un contenido lógico portador de sentido y significado. En La guía de lengua hemos ido publicado últimamente artículos monográficos dedicados a los diferentes tipos de oraciones que existen, así como a los modos de clasificar las mismas más conocidos y utilizados.

En la gran mayoría de las ocasiones hemos venido siguiendo una distinción categorial que se basa ne la actitud que adopta el hablante cuando expresa una oración. Es la manera más antigua de llevar a cabo una clasificación oracional, y, por decirlo con precisión, corresponde a la tradicional forma de clasificar las oraciones según el modus, al contrario que la otra clasificación tradicional que organiza las diferentes tipologías oraciones en función del dictum, o en otras palabras, en función de lo que la propia oración dice (su contenido semántico), y no en función de cómo se dice ese contenido. Sea como fuére, si atendemos al mencionado modus podremos diferenciar unas oraciones que son enunciativas(o sea, se dedican a afirmar o negar hechos); otras oraciones que son interrogativas (es decir, se dedicar a pedir información desconocida); otras oraciones que son dubitativas (es decir, expresan incerteza o inseguridad); otras que son exclamativas (o transmisoras de emociones y sentimientos) y otras que son imperativas, o lo que es lo mismo, que transmiten órdenes.

Precisamente, en este artículo de La guía de lengua nos vamos a ocupar de estas últimas: las oraciones imperativas. Por decirlo primero con pocas palabras, puede decirse que este tipo de oraciones se caracteriza por ser aquella en la que, de forma más clara, el emisor trata de influir con su mensaje en la conducta del receptor. En realidad, el objetivo mismo por el que se pronuncia una oración imperativa es conseguir que el receptor haga algo (generalmente, lo que el emisor le ordena). El que pronuncia una oración imperativa, entonces, no intenta informar de nada ni expresar su duda o emoción, y tampoco de transmitir sus emociones, sino que trata de que su receptor actúe según su voluntad. Por ejemplo:

¡Haz lo que te he dicho!


¡No puedes dejar de ir sin más!


¡Callaos!


Un ámbito muy común para encontrar este tipo de oraciones imperativa es el de las señales de tráfico o los carteles informativos de los aparcamientos y los espacios públicos, con enunciados del tipo “No estacionar” o “Mantenerse alejados del césped” o “Prohibido fumar”, por poner algunos ejemplos bastante bien conocidos.