Adverbios de cantidad
El adverbio es una figura gramatical que no por ocupar normalmente secciones bastantes secundarias en los libros de lengua y de gramática nos ha de parecer menos importante que otras. Su función, a grandes rasgos, es la calificar al verbo, o como ha dicho el profesor Grijelmo, la de “adjetivar al verbo”. Como hemos avanzado ya en algún otro artículo de este mismo blog, en realidad no es nada incorrecto considerar a los adverbios como los adjetivos que acompañan al verbo. Aunque también sabemos que, en ciertos casos, los adverbios también pueden acompañar tanto a los adjetivos como a otros adverbios distintos.
Una prueba palpable de la riqueza interna de estos elementos la constituye el hecho de que sean un verdadero tormento cuando los lingüistas se proponen clasificarlos. Sencillamente, no se dejan clasificar bien. Es casi imposible hallar una clasificación adverbial en la que cada miembro de este colectivo encaje perfectamente en una categoría y no lo haga en ninguna otra.
Un ejemplo de lo dicho lo vamos a encontrar en la categoría semántico-adverbial de la que vamos a ocuparnos aquí: los adverbios de cantidad. Como suele ser habitual en este tipo de enumeraciones, ofrecemos a continuación una lista bastante amplia de adverbios que normalmente, cuando aparecen en una oración, desempeñan la función de acotar la significación del verbo aportando información relativa a la cantidad. Estos son:
nada
apenas
menos
bastante
todo
mucho
demasiado
suficiente
harto
excepto
tan
casi
cuanto
poco
mas
muy
justo
sobremanera
salvo
justamente
completamente
absolutamente
mayormente
infinitamente
sumamente
excesivamente
enormemente
relativamente
sensiblemente
radicalmente
…
En realidad, a todo lector aguzado le parecerá que la lista, si quisiéramos, la podríamos extender mucho más. Muchísimo, a decir verdad. Porque esta forma de dividir a los adverbios en categorías semánticas según lo que se quiere dar a entender con ellos (hablando así de adverbios de cantidad, afirmación, duda, negación, tiempo, lugar, aspecto, etcétera) no puede librarse de la naturaleza contextual de los mismos. En otras palabras, ningún adverbio es de cantidad por su propia naturaleza, sino que lo es sí y solo si complementa al verbo determinando su significado a través de la aportación de información cuantitativa. Pongamos un ejemplo:
Hemos citado el adverbio absolutamente como adverbio de cantidad. Curiosamente, hicimos lo mismo cuando hablamos de los adverbios de afirmación. Y en ningún caso cometimos un error:
La totalidad de la superficie ha sido absolutamente rastreada
¿Te interesa venir con nosotros? –Absolutamente
En el primer caso, hacemos referencia a la cantidad de superficie que ha sido rastreada. En el segundo, afirmamos nuestro interés en ir con ellos. Y todo con el mismo adverbio. Tal es, como anunciábamos, la naturaleza rebelde de estos elementos tan poco aficionados a las divisiones categoriales.