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Caso instrumental

Publicado por Pablo

caso-instrumental.jpgEl caso es el encargado de marcar los distintos tipos de relación gramatical que pueden darse en una determinada lengua; marcaje que se produce por medio, generalmente, de los morfemas flexivos.

El caso ablativo es el que se relaciona con el complemento circunstancial; el caso acusativo lo identificamos rápidamente con el complemento directo (pues no es la causa de la acción, sino el efecto de la misma); el caso dativo se superpone de forma casi perfecta con la función del complemento indirecto; mientras el caso locativo tiene que ver con la localización de la acción. Por su parte, el caso instrumental es el que se encarga de indicar el medio —o el instrumento— a través del cual el sujeto realiza la acción verbal. No tiene, por descontado, que hacer referencia a un medio u objeto físico, sino que puede ser abstracto.

En latín, lengua que utilizaba frecuentemente el caso instrumental, éste se expresa mediante las flexiones propias del caso ablativo. No es demasiado sorprendente si pensamos que el instrumento, en la lingüística moderna, no deja de ser una de las manifestación de la circunstancia de la acción verbal; lo cual nos deja otro ejemplo de lo cercanos que se sitúan los conceptos de caso gramatical y función gramatical.

El caso instrumental es también frecuente en las lenguas eslavas, así como en la lengua sánscrita. El inglés antiguo era pleno usuario del caso instrumental, pero dejó de serlo cuando dejó de ser una lengua flexiva y pasó a ser una lengua analítica. En español carecemos de una manifestación propia del caso instrumental, si bien está presente en determinadas flexiones de los pronombres personales, y lo empleamos de forma más genérica por medio de la preposición «con» («escribir con pluma»).

Es importante recordar por qué los casos han desaparecido de muchos manuales de lingüística y de muchos libros de texto. El caso es, por definición, un concepto propio de las lenguas que cuentan con desinencias, como el latín o el alemán. Cuando las lenguas no son flexivas, la función que describen los casos pasa de ser directa a elaborarse de formas más indirectas, y a comunicarse por medio de conceptos distintos, como la función gramatical. El caso, no obstante, sigue siendo útil como descriptor incluso en lenguas no flexivas, y muchos autores recurren a él con la predisposición de describir el funcionamiento de los morfemas flexivos y las funciones gramaticales en cualquier lengua. Esto es así debido a que el fenómeno que describe el caso es universal, como saben muy bien los expertos en gramática generativa. Si reducimos el caso a su aspecto morfológico, entonces es un fenómeno propio de la lengua flexiva, pero si ampliamos su espectro y creamos el concepto abstracto del casi sintáctico, entonces es perfectamente aplicable a cualquier lengua, como, de hecho, se hace en la actualidad.