Género gramatical
El género gramatical es una característica con la que cuentan algunos sistemas lingüísticos, según la cual los elementos nominales se clasifican dentro de un conjunto cerrado de clases, cada una de las cuales sujeta a determinadas reglas de concordancia. En otras palabras, el género es una propiedad de los elementos nominales (sustantivos, pronombres, adjetivos) que, en función de su valor, les obliga a utilizar determinados morfemas flexivos, sufijos o afijos, así como al resto de elementos de la oración que guarden relación directa con el elemento genérico.
Es importante recalcar que la categoría a la que pertenezca el elemento nominal no varía su naturaleza como palabra: el sustantivo será siendo sustantivo, el sustantivo concreto seguirá siendo sustantivo concreto, el adjetivo calificativo seguirá siendo adjetivo calificativo, etc. Donde únicamente tiene trascendencia el género gramatical es en la utilización de los morfemas adecuados a su valor.
Por ejemplo, en la lengua española, el género es uno de los dos morfemas flexivos (el otro es el número), y puede adoptar únicamente dos valores: masculino o femenino:
El niño es listo,
La niña es lista.
Como se puede observar, las reglas de concordancia del español obligan al adjetivo de este predicado nominal a concordar en género (también en número) con el núcleo del sujeto.
Al contrario de lo que pueda intuirse, el género no tiene una relación obligada con el sexo biológico, o al menos no la hay en el ámbito teórico. Algunos idiomas cuentan con género neutro, si bien la mayoría de las lenguas que utilizan esta propiedad cuentan con los dos géneros comunes: el masculino y el femenino.
Por otra parte, y esto también va contra la creencia habitual, el género no es una propiedad demasiado extendida entre la mayoría de las lenguas del mundo. Se usa en casi todas las lenguas indoeuropeas, que presentan distinción masculino-femenino y, a veces, neutro; también en las lenguas semíticas, que sólo conocen el binomio masculino-femenino. Algunas lenguas distinguen un mayor número de géneros, mientras que el chino, las lenguas altaicas y las urálicas no distinguen género en absoluto. En términos totales, sólo en un tercio de las lenguas del mundo utilizan el género como clase gramatical.
El género, allí donde existe, puede aplicarse al pronombre, al verbo y a determinados adjetivos, y en función de las reglas de concordancia y la aplicabilidad de la distinción genérica, podrá afectar a más o menos miembros de la oración.