Concordancia gramatical
La concordancia gramatical es un recurso presente en la mayoría de las lenguas, que se ocupa de gestionar las relaciones entre los distintos constituyentes gramaticales de un texto mediante un sistema de relaciones cruzadas. De esta manera, las reglas de la concordancia requieren a una palabra que ocupa una determinada posición sintáctica que tome un determinado rasgo gramatical de otra palabra, con la que, se dice, ha de «concordar».
Generalmente, la concordancia se manifiesta en diversos niveles, como el género gramatical, el número gramatical, el caso gramatical y la persona gramatical; y puede ser, a su vez, de dos tipos: concordancia nominal y concordancia verbal.
La primera, la concordancia nominal, se define como la coincidencia del género y del número de un sustantivo con el artículo o los adjetivos que lo acompañan (1), entre el pronombre y su antecedente o consecuente (2), o bien entre el sujeto y su atributo, complemento predicativo o participio del verbo en una oración pasiva perifrástica (3).
Veamos algunos ejemplos de los tipos citados:
(1) Los árboles verdes. La niña alta.
(2) Le di tus datos al inspector. A tu hijo le hace falta.
(3) Ellos estaban cansados. Tu hijo sabe jugar.
La segunda tipología que hemos citado, la concordancia verbal, se define como la coincidencia de número gramatical y de persona gramatical entre un verbo y su sujeto. Por ejemplo, ocurre cuando decimos:
Nosotros iremos mañana. Ellos saben cómo se hace.
Todos estos tipos de concordancias son absolutamente obligatorias, y cualquier error en su aplicación se considera una falta gramatical grave. Sin embargo, existen algunas excepciones a la norma, cuando cuando usamos verbos impersonales o sujetos inclusivos. Por ejemplo, si decimos «los españoles son…», cuando no nos incluimos en ese grupo, la concordancia es obligatorio, pues estamos hablando de «los españoles» como «ellos», tercera persona del plural. Pero si decimos «los españoles somos…», la aparente falta gramatical no es tal, ya que estamos haciendo uso de un sujeto inclusivo: al estar nosotros dentro del grupo «los españoles», decimos la frase desde la primera personal del plural, y su concordancia lógica, en este caso, es «somos», y no «son».
No hay que olvidar, no obstante, una regla de especial importancia para la formación de la concordancia gramatical. Cuando hacemos referencia a dos sustantivos, aunque cada uno sea singular, concuerdan como plural si los acompaña un adjetivo. Por ejemplo «El agua y la leche son líquidos», y no «es líquido».