Los adjetivos comparativos

Los adjetivos pueden manifestar tres grados gramaticales distintos: el grado positivo, el grado comparativo y el grado superlativo. Hoy vamos a tratar el segundo, que en seguida nos sonará familiar.

El adjetivo está en grado comparativo cuando forma parte de una estructura comparativo y, por consiguiente, es cuantificado por adverbios del tipo de “más, menos, igual de, tan…”, que a su vez se relacionan de forma correlativa con la conjunción “que” (o con la conjunción “como”, si antes hemos utilizado “tan”). Veamos mejor algunos ejemplos:

Pablo es más listo que Álvaro

Irene es menos tímida que Cristina

Julio es igual de apto que su hermano

Andrés es tan cariñoso como su hermano

Con el adverbio “más”, que hemos utilizado en el primer ejemplo, el comparativo sería de superioridad. Con “menos”, de inferioridad. Con “igual de” y “tan”, de igualdad.

Además de los adverbios anteriores, para formar el comparativo pueden usarse los llamados comparativos sintéticos, que son los que no necesitan del adverbio “más”: “mayor, menor, mejor y peor”, donde antes utilizábamos “más – que”, “menos – que”, etcétera.

En cualquier caso, hemos de estar avisados de que existen adjetivos que no admiten el grado comparativo. Lo normal es que la gran mayoría sí lo admita, y entre esta mayoría encontramos los adjetivos aspectuales y temporales, como frecuente, duradero, caduco, efímero, pasajero, habitual, usual, etcétera; los de modalidad, como probable dudoso, seguro, etcétera; los valorativos y descriptivos, como caro, barato, estrecho, azul, rosa, etcétera.

Se exceptúan sin embargo los siguientes tipos de adjetivo, o los adjetivos anteriores en los siguientes casos:

• Los calificativos que expresan la cualidad más intensa en su grado, como precioso, inmenso, álgido, enorme, absoluto, ideal, divino, etcétera no se comparan de ningún modo.
• El adjetivo de modalidad posible no es puede comparar, al contrario que probable, que sí admite comparación.
• Los adjetivos aspectuales o temporales como eterno, sempiterno, infinito o coetáneo tampoco se comparan.
• Los adjetivos relacionales, excepto cuando se usen como calificativos (“este problema es más económico que aquel” sería erróneo; “aquí la carne es más económica”, en cambio, estaría bien).
• Los adjetivos de identidad como mismo, idéntico, igual… así como los de distinción, del tipo distinto o diferente.
• Los adjetivos ordinales y cuasideterminativos como primero segundo, último, postrero, definitivo, siguiente…
• Los adjetivos comparativos sintéticos mejor, peor, mayor, menor, inferior, posterior… no se pueden combinar con más y menos porque ya son comparativos.
• Los adjetivos superlativos sintéticos como óptimo, pésimo, máximo, mínimo, ínfimo y supremo.
• Los adjetivos que llevan incorporados los sufijos superlativos ísimo o érrimo.