Los adjetivos indefinidos
Los adjetivos pueden emplearse tanto para describir o calificar rasgos o cualidades, como para identificar, seleccionar o acotar. Sabemos que en el primer grupo se encuentran los llamados adjetivos calificativos o descriptivos, y en el segundo, los llamados adjetivos demostrativos o determinativos. Dentro de este último grupo se encuentra otro subgrupo bastante amplio, conocido como adjetivos cuantificadores, pues suelen referirse a cantidades. Y aún a un nivel inferior, podemos distinguir otro subgrupo con características propias del cual nos ocuparemos en este artículo. Este grupo no es otro que el de los adjetivos indefinidos, los cuales pasamos a definir a continuación.
Los adjetivos indefinidos, al igual que los adjetivos numerales cardinales, se usan para designar cantidad, es decir, el número de manifestaciones del sustantivo al que acompañan. Ahora bien, lo que diferencia a los cardinales de los indefinidos es que estos últimos, por su propia naturaleza, nunca designan cantidades exactas, sino cantidades indefinidas. Es decir, su descripción de la cantidad no es precisa, sino vaga o laxa o, en el mejor de los casos, aproximativa.
Algunos autores han considerado que los adjetivos indefinidos guardan cierta semejanza con los demostrativos, pues su tarea es bastante similar a la de aquellos, a saber: identificar, aunque sea de ese modo vago al que hacíamos referencia, los elementos a los que nos referimos. Si bien los demostrativos iban siempre referidos a la relación de proximidad entre el sustantivo y el emisor o el receptor, los indefinidos olvidan esa relación de proximidad, pero en cambio sí mantienen su función selectiva o identificadora al evidenciar la cantidad o el segmento numérico -si bien aproximado-, de las manifestaciones del sustantivo que entran en juego.
Además, es importante destacar que los adjetivos indefinidos pueden tener una función exclamativa, interrogativa o negativa, dependiendo del contexto en el que se utilicen. Por ejemplo, en la frase «¿Alguna vez has visto algo así?», el adjetivo indefinido «alguna» tiene una función interrogativa, mientras que en «¡Qué maravilla de día!», el adjetivo «qué» tiene una función exclamativa. En el caso de «Ningún hombre puede volar», el adjetivo «ningún» tiene una función negativa.
En cualquier caso, existen adjetivos indefinidos de diferente tipología.
El primer grupo lo forman los adjetivos indefinidos peculiares o propiamente dichos, que son los que guardan con el sustantivo una relación de suma imprecisión. Son los adjetivos cualquiera, quienquiera, semejante, cierto, tal y como. Por ejemplo:
Ese modelo está agotado. Elige un modelo semejante
Cierta persona no está contenta con esto
No importa cuál elijas. Toma uno cualquiera
El segundo grupo lo forman los adjetivos indefinidos cuantitativos, que indican, de un modo vago, cantidades varias. Son los siguientes: pocos, muchos, demasiados, algo, todo, bastante, alguno, ninguno, etcétera. Por ejemplo:
Muchos niños están jugando en el patio
Algo malo tiene ese tipo
Y por último, el tercer grupo está formado por los adjetivos indefinidos distributivos, que expresan de una manera vaga la distribución de los elementos indicados por el sustantivo, como ambos, demás, cada, sendos, etcétera. Por ejemplo:
El premio fue entregado a ambos alumnos
El juez dictó sendas condenas para los dos acusados
Cada día que pasa me siento mejor
Es importante recordar que, aunque los adjetivos indefinidos pueden parecer simples en su uso, su correcta aplicación puede marcar una gran diferencia en la precisión y claridad de nuestras expresiones. Por lo tanto, es esencial tener una buena comprensión de su uso y función en la oración.