Los adjetivos numerales
Los adjetivos numerales se han dividido tradicionalmente en dos grandes grupos: los numerales cardinales (uno, dos, tres…) para designar cantidades exactas, y los numerales ordinales (primero, segundo, tercero), para expresar ordenación numeral. También existen sin embargo los numerales múltiplos (doble, triple, cuádruple), para expresar multiplicidad, y los numerales partitivos (medio, tercio, cuarto), para expresar particiones. Vamos a ver sus principales particularidades.
Desde un punto de vista sintáctico, sin embargo, su función es bastante diferente. Los adjetivos numerales cardinales actúan casi como determinativos con función actualizadora, pues son los que permiten al sustantivo actuar como sujeto dentro de la oración. Por ejemplo:
Tres coches pasaron por delante de nosotros
Me gustan dos rasgos de tu personalidad
La función de los ordinales es sin embargo más claramente adjetival: son auténticos modificadores del sustantivo, como podemos ver en estos ejemplos:
Lo más difícil del libro es sin duda el capítulo primero
El cuarto coche de la segunda fila es el que más me gusta
Los numerales cardinales tienen otra característica bastante poco recordada en los libros de texto: resulta que son enormemente fáciles de combinar con otros elementos sintácticos. Se combinan realmente bien con demostrativos, con artículos, con el interrogativo qué, con los posesivos apocopados y con cuyo y el indefinido otro, determinativos estos que siempre han de preceder a los cardinales. Por ejemplo:
Los otros tres capítulos me resultaron más fáciles
Te presento a mis dos hijos
Dijeron que debemos esperar otros tres días
Esos dos gatitos son una preciosidad
Mario, cuyos tres compañeros le dejaron sólo, al final lo hizo bien
¡Menudos tres personajes estáis hechos!
Pero es importante recordar que ningún determinativo puede colocarse en situación posterior al adjetivo cardinal. No sería correcto, pues, decir “dos mis hijos”, sino “mis dos hijos”.
Sí son compatibles con los posesivos plenos tónicos y también con las formas adverbiales más y menos, siempre que estas sigan al sustantivo y no lo precedan. Por ejemplo, serían expresiones correctas:
Dos amigos míos
Cien euros tuyos
Dos hombres más
Cien euros menos
El cardinal uno, cuando precede a un sustantivo masculino, adopta la forma apocopada un, de forma que decimos “una carpeta” y “una casa”, pero “un niño” y “un árbol”, siendo sin embargo el mismo adjetivo.
Los cardinales, además, tienen la particularidad de desempeñar la función de los ordinales cuando se colocan en situación posterior al sustantivo. Así, referirse por ejemplo al “capítulo diez” sería sintácticamente idéntico a referirse al “capítulo décimo”, como mandar a alguien a la “puerta tres” sería lo mismo que mandarle a la “puerta tercera”.