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Palabras vs. morfemas

Publicado por Aroa Plaza

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El artículo de hoy está dedicado a esa parte de la gramática que se encarga del estudio de la estructura de las palabras. Concretamente, hoy nos centraremos en distinguir cuándo nos encontramos ante una palabra o un morfema.

Recordemos que un morfema es aquella unidad mínima que posee un significado propio, ya sea este léxico o gramatical. En español, muchas veces no resulta sencillo distinguir qué es un morfema y qué una palabra; así que, a continuación expondremos una serie de criterios con el fin de despejar un poco más estás dudas que surgen al identificar estos dos tipos de elementos. Veámoslos pues:

Criterios que sirven para diferenciar palabras y morfemas:

1. De cohesión: Una palabra posee una estructura interna que resulta inseparable y, tanto en la cadena oral como en la cadena escrita, existen dos espacios que la separan de la palabra anterior y posterior. Un morfema no mostrará este tipo de cohesión. Aunque este criterio no acaba de ser del todo concluyente.

Ejemplo: Me coges el abrigo > cuatro palabras.

Cógemelo > una palabra.

2. De ordenación interna: Normalmente en una oración, el orden en el que pueden aparecer las palabras es hasta cierto punto libre. Sin embargo, el orden en el que han de colocarse los morfemas no puede ser cambiado a nuestro antojo. Este es uno de os criterios que poseen mayor peso a la hora de diferenciar palabras y morfemas.

3. De aislabilidad: Los morfemas no pueden aislarse teniendo en cuenta el contexto lingüístico en el que aparecen, mientras que las palabras sí son elementos aislables en determinados contextos. Sucede que, aunque generalmente esto sea así, no siempre se cumple y, por tanto, este criterio aunque ayude a diferenciar palabras y morfemas no es determinante.

Ejemplo: ¿Con o sin sal? > vemos como “sin”, por ejemplo, no es una palabra aislable en este contexto.

4. De productividad: A partir de una serie de códigos que presentan las lenguas, las palabras forman grupos que siguen unos patrones ya definidos. Este criterio nos aporta información sobre la capacidad que posee un patrón determinado de crear un mayor número de unidades que siguen el mismo esquema o patrón.

Ejemplo:

Nombre + de + nombre: avión de papel, abrigo de piel, reloj de pulsera, etc.

De + nombre + adjetivo: de color rojo, de papel antiguo, de tela suave, etc.

Los morfemas también poseen este rasgo de productividad y la mayor parte de ellos pueden crear multitud de palabras: re- presentar, re-coger, re- leer, re-distribuir, re- buscar, etc.

5. De recursividad: En el español encontramos con frecuencia en una oración, la repetición de palabras pertenecientes a una misma categoría gramatical (sustantivos, pronombres, adjetivos, etc.); pero, no es frecuente encontrar morfemas repetidos que posean el mismo significado, como por ejemplo “ta – ta – ranieto”.

Aunque es cierto, que estos criterios de modo independiente no son infalibles y pueden dejar abiertas algunas cuestiones que nos hagan dudar de si nos encontramos ante una palabra o un morfema, todos ellos en su conjunto pueden ayudarnos a acertar con bastante seguridad. ¡Esperamos haberte ayudado!