Pretérito imperfecto
El pretérito imperfecto es uno de los tiempos verbales usados en el modo indicativo de la mayoría de las lenguas romances. Se trata de un tiempo de tipo absoluto que hace referencia a acciones pasadas.
El pretérito imperfecto -que también se llama, en algunos manuales, copretérito- puede utilizarse para expresar diferentes funciones.
El uso más común es el de expresar acciones repetidas en el pasado. Por ejemplo, cuando decimos:
«Cuando vivía en París, paseaba [frecuentemente] por los Campos Elíseos».
Se puede apreciar en el uso del imperfecto una diferencia sustancial con respecto a la misma oración expresada con el pretérito perfecto, que habría quedado así:
«Cuando viví en París, paseé [una vez] por los Campos Elíseos».
Aunque el pretérito perfecto o indefinido puede emplearse para hacer referencia a acciones repetidas, el tiempo imperfecto resulta más natural cuando el marco en que esas acciones tuvieron lugar («cuando vivía en París») también ha finalizado. El modo perfecto tiene unas connotaciones más reducidas y puntuales.
El otro uso habitual del pretérito imperfecto es de la acción durativa, en el que, nuevamente, decimos lo que ocurría en el pasado mientras una acción se desarrollaba (obsérvese que esta última oración hace uso, ella misma, de la función que describimos). Por ejemplo:
«Mientras fuera llovía, dentro manteníamos una importante conversación».
Nuevamente, es importante recalcar la naturaleza duradera e imprecisa del tiempo imperfecto, frente a los valores más puntuales y precisos que transmitimos con el uso del pretérito perfecto simple. Muchas veces, el contraste entre ambos puede encontrarse en una misma oración:
«Paseaba tranquilamente por el parque cuando se levantó la tormenta».
El acto repentino y puntual de levantarse la tormenta tuvo lugar mientras la acción de pasear, temporalmente imprecisa y difusa, estaba teniendo lugar.
Este tipo de uso también se utiliza a menudo en forma de oposición al presente, cuando queremos dar a entender que algo que ocurría en el pasado ya no ocurre en el presente. Por ejemplo:
«Antes fumaba« (entendemos que ahora ya no fumo).
Si decimos, en cambio, «antes fumé», la oposición no tiene lugar, precisamente porque el pretérito perfecto habla de acciones puntuales. Es decir, «antes fumé y ahora podría volver a fumar».
En cuanto a la conjugación, el pretérito imperfecto es uno de los tiempos más regulares que existen en toda la lengua española. Se conjuga de la siguiente manera con los verbos de la primera conjugación:
Yo amaba
Tú amabas
Él/Ella amaba
Nosotros amábamos
Vosotros amabais
Ellos amaban
Y de esta otra con los verbos de la segunda y de la tercera conjugación:
Yo bebía – sentía
Tú bebías – sentías
Él/Ella bebía – sentía
Nosotros bebíamos – sentíamos
Vosotros bebíais – sentíais
Ellos bebían – sentían