Andaluz
El andaluz, hablando en términos de dialecto, tiene dos peculiaridades muy importantes a destacar:
– La primera es que no se puede hablar del andaluz como una unidad uniforme y general, ya que el andaluz que se habla en unas provincias de la comunidad autónoma de Andalucía, no tiene nada qué ver con el andaluz que puede hablarse en otra.
– La segunda peculiaridad es que no existe ningún rasgo lingüístico que pertenezca de manera absoluta al andaluz, ya que todos ellos, se dan también en otras zonas del castellano.
Por lo tanto, basándonos en las peculiaridades que acabamos de comentar, podemos afirmar que el andaluz no es un dialecto uniforme, sino, más bien, un conjunto de variedades de tipo diatópicas, diafásicas y diastráticas.
Aún así, sí que se puede hacer un listado de elementos que componen el dialecto del andaluz, aunque algunos se ejecutarán en unas zonas de Andalucía y otros, en otras. Los más característicos serían por un lado, en el plano fonético, la articulación de una ese diferente a la utilizada en el castellano, la ese de naturaleza implosiva tanto en los fenómenos del ceceo y del seseo y la forma aspirada del fonema /x/. En cuanto al plano morfosintáctico, el rasgo más común es el de añadir el sufijo -illo a las palabras.
Las variedades tan diferenciadas entre el andaluz que se habla en unas zonas de Andalucía y en otras es debido a razones de carácter histórico. Y es que, es lógico que las provincias se vean influenciadas por sus las hablas limítrofes, por esta razón, las áreas de Huelva han sufrido el fenómeno del occidentalismo al estar influidas por el habla de Portugal y Extremadura; y las zonas de Jaén, Granada y Almería, por su parte, se han orientalizado, adquiriendo características muy comunes a las zonas que limitan al este de éstas como Murcia.
Además de esto, también hay que recordar que Andalucía estuvo dividida en dos partes durante muchos siglos: la oriental con capital en Granada y la occidental cuyo centro era Sevilla. El rasgo que más ha diferenciado hasta nuestros días la parte oriental andaluza de la occidental es la manera en la que se realiza la apertura de las vocales de final de palabra en la zona oriental.
Fijándonos en este diferenciación, cuando nos preguntamos dónde empieza a hablarse el andaluz y dónde termina, la respuesta hoy en día no está muy clara, ya que dependiendo del rasgo fonético o morfosintáctico en el que nos fijemos, la frontera empezará en una zona y acabará en otra. Hasta podría llegar a decirse que una gran parte de Jaén y Granada, si hablamos en términos técnicos, no pertenecerían al dialecto andaluz, sino que estarían mucho más vinculadas a la lengua castellana.
Con respecto al andaluz escrito, no existen apenas obras literarias que escribieran tal cual se pronuncian, ya que, el andaluz es un dialecto pero sólo de manera oral, no escrita, si se practica éste u otro dialecto en un documento escrito estaríamos hablando de incultura, ya que el sistema ortográfico del andaluz y de cualquier dialecto de la península ibérica es el castellano.