A este lado del paraíso de Scott Fitzgerald
El escritor estadounidense Francis Scott Fitzgerald (1890 – 1940) ha pasado a la historia gracias a sus magníficas novelas, como El Gran Gatsby, que se han convertido en los mejores retratos de los felices años 20 antes de que llegará el Crack del 29 y la posterior Gran Depresión.
Pues bien, esa estupenda y reconocible carrera literaria tuvo su punto de partida con la novela A este lado del paraíso, la primera que publicó el autor en el año 1920. Y como suele ocurrir en muchos primeros libros, también en este se pueden intuir notas que los críticos ven como rasgos autobiográficos de F. Scott Fitzgerald.
El libro lo protagoniza un joven alumno de la Universidad de Princeton que pasa más tiempo escribiendo que en las aulas. Su nombre es Amory Blayne y tiene una visión muy romántica de su país y de la vida. De hecho la trama comienza en un momento previo a la Primera Guerra Mundial, cuando el protagonista está estudiando. Sin embargo, será llamado a filas y ahí ejercerá como instructor de bayoneta. Cuando acaba la guerra, se asienta en Nueva York donde se enamora de una chica rica, la cual le acabara dejándolo y casándose con otro de su clase social. Una situación de depresión que acarrea las reflexiones más interesantes sobre el amor y la sociedad.
Todo en el relato está dominado por una atmósfera que va de la ilusión a la desilusión, contraponiendo sueño y realidad, algo que será una constante en sus libros. Al igual que también está presente el enfrentamiento entre lo que es convencional y lo que es opulento e incluso estrafalario en los modos de vida de las clases más ricas. De algún modo, el protagonista y el propio autor nos muestran como están en un camino para buscar y formar su propia personalidad.
La publicación de A este lado del paraíso supuso un éxito incontestable en el panorama literario de Estados Unidos. Y eso le catapultó de manera inmediata a la fama, a lo que también ayudó que se casara con Zelda Sayre, una rica heredera del sur. Con esa situación se adentró en el mundo de fiestas y glamur. Un ambiente de ricos, de banqueros, de industriales y también de intelectuales. Todo ello sería lo que nutriría muchas de sus grandes novelas. En las que no solo brilla su descripción de estos ambientes y estas personalidades, también es muy interesante comprobar su punto crítico, ya que no deja de lado la enorme crisis de valores que poco a poco se asentó entre los más pudientes, y como esa crisis ética desbocó en una debacle económica.