Ivanhoe de Walter Scott
El autor escocés Walter Scott (1771 – 1832) se le puede considerar con toda justicia el inventor de un género literario que desde entonces ha tenido un éxito incontestable. Hablamos de la novela histórica. Un tipo de relato que es la quintaesencia de la idea de evadirse de nuestra realidad, y trasladarnos a otro tiempo de héroes y valores diferentes. Un objetivo que sin duda cuadra a la perfección con el espíritu del Romanticismo, en cuya época desarrolló su obra el escritor británico.
La primera de sus novelas históricas sería Waverley que publicó en 1814 de forma anónima. Pero luego vendrían 30 relatos más, y de entre todas ellas seguramente su gran obra maestra sea Ivanhoe que vio la luz en 1819.
Una novela que reúne todo lo que luego se ha convertido en imprescindible para el género, como son los enfrentamientos, los héroes reconocidos por todos, que en este caso son ni más ni menos que Ricardo Corazón de León y Robin Hood, y por supuesto también una trama amorosa. Sin olvidar la ambientación en una época enigmática y atractiva como es la Inglaterra medieval y las Cruzadas a Tierra Santa.
Ese contexto es muy importante para el éxito y la atracción de cualquier novela histórica. Y Walter Scott estaba realmente fascinado por esa época. Algo que queda bien claro tal y como nos escribe sobre la Inglaterra del siglo XII, cuando la corona es objeto de lucha entre Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra
Esa agitación política es un personaje más de la obra, y en torno a ella giran los caballeros normandos y sajones. Entre los cuales está Ivanhoe, quien además está enamorado de Lady Rowena. Aunque esta no es la única mujer importante en el relato. También aparece la judía Rebeca y su familia hebrea, personajes que le sirven a Scott para mostrar la actitud hacia los judíos que ya podía haber en la época.
Estos judíos y su dinero ayudan al éxito de Ivanhoe, que busca recuperar su herencia. Al igual que también el ayuda Robin de Locksley, el célebre Robin Hood.
Que nadie lo dude. Si alguien quiere pasar unas magníficas horas en la Edad Media, peleando en torneos a caballo, disfrutando de pantagruélicos banquetes o viviendo en castillos, entonces debería leer Ivanhoe. Todo un referente para los futuros escritores de novela histórica. Y no solo para literatos, sino también para directores de cine y guionistas de animación. ¡Imprescindible y divertida!