Buenos días, tristeza de Françoise Sagan
Esta novela fue escrita por Françoise Sagan cuando era una joven que hacía poco que había cumplido los 18 años. Sin embargo, la novela revela una madurez mayor de la que era de esperar. Y eso que la protagonista del relato, Cecile, tiene ciertos puntos en común como la propia Sagan.
Cecile es una joven adolescente que vive una vida absolutamente hedonista y frívola junto a su joven padre viudo Raymond. Ambos se han ido a pasar la vida a la Costa Azul, y disfrutan de un alto nivel de vida (como le ocurría a la autora). Allí viven solo con una preocupación, disfrutar de cada momento.
Otro de los personajes es la amante de Raymond, que se llama Elsa. E igualmente está el apuesto Ciryll del cual se enamorará la propia protagonista. Hasta aquí todo es una novela de glamur y lujo. Pero aparece en escena Anne, una amiga de la familia. Ella va a enamorar a Raymond, y quiere que todos abandonen una vida tan disoluta.
Eso es tomado como Cecile como una grave amenaza para la relación con su padre y porque eso supone que tenga obligaciones, algo que desconoce por completo y que tampoco le apetece conocer. Así que con su afán de adolescentes maquinará todo lo posible para alejar a Anne de Raymond.
¿Lo conseguirá? No lo vamos a desvelar aquí. Lo que si diremos es que se podría pensar que la autora se identifica con la joven, ya que serían de una misma clase social y nivel intelectual, pero la verdad es que la postura de Sagan y lo que plasma en el libro es que ella no era tan partidaria de llevar una vida totalmente frívola y sin responsabilidades, algo que a la larga puede acarrear dramáticas consecuencias.
En realidad, de eso va el libro. Del enfrenamiento de dos mujeres, Cecile y Anne, de edades diferentes y caracteres distintos por completo. Eso es lo más interesante, y de hecho son los personajes más desarrollados, ya que el resto parecen más instrumentos que otra cosa.
Sin embargo, cuando se publicó en 1954 cierta parte de la crítica hizo más hincapié en hablar de la relación que la novela plantea entre padre e hija, tildándola de escandalosa. Aunque hoy en día, los lectores no la califican del mismo modo. Algo que se debe a los cambios sociales y mentales entre una época y otra. Además de que a los críticos tampoco les cuadraba demasiado que una mujer tan joven, que no era mayor de edad según las normas de ese tiempo en Francia, fuera capaz de escribir esta novela. Hay que recordar que Françoise Sagan nació en 1935 y falleció en 2004.