El color púrpura de Alice Walker
El color púrpura es la gran obra de la escritora estadounidense Alice Walker (1944 – ) Y es su gran éxito tanto por la calidad literaria de la novela que incluso le hizo acreedora del premio Pulitzer en 1983 como por la famosa adaptación cinematográfica que realizó el director Steven Spielberg.
Se trata de un libro en el que la autora ha volcado parte de su vida, así como muchas de sus ideas sobre la misma.
Alice Walker nació en el estado sureño de Georgia, en el seno de una familia negra que trabajaba en los campos de algodón. Ella era la más pequeña de 8 hermanos y además de niña se hizo un cicatriz en el rostro que modificó su carácter tanto, que reconoce que le hizo pensar mucho en el suicidio.
No obstante, tuvo la fortuna de recibir educación y hasta viajar, no solo a Nueva York, sino hasta África. El caso es que en los 70 se unió activamente al movimiento de los derechos civiles, además de que comenzó a publicar sus primeras novelas, y también poemarios. Todo ello centrado en la denuncia de la situación de las mujeres, la raza negra y los derechos civiles.
Y de esta manera llegó su obra El color púrpura, en la que de nuevo trata esos temas.
La sitúa en el sur de los Estados Unidos. Unos territorios donde ser negro es un castigo, pero si se es mujer negra entonces ya es una auténtica condena. De hecho, la propia protagonista de la novela le tiene que escuchar a su marido: “Eres negra, eres pobre, eres fea, eres mujer”.
O sea nos cuenta la historia de una mujer, que se ve obligada a casarse para cuidar los hijos de una esposa anterior. Es decir, que no se casa para ser esposa, sino criada de un marido autoritario y borracho.
Antes de eso, su padre ya había abusado de ella, y no solo eso, sino que la entrega con una vaca de regalo para desprenderse de su hija. Además al casarse se tiene que separar de su querida hermana Nettie.
Así que lleva una vida miserable, de malos tratos, mucho trabajo y nada de amor. Toda esa tristeza y hasta vergüenza la comienza a contar en cartas que dirige a Dios. Una escritura que le sirve de válvula de escape, pero también para reconocerse a sí misma como persona. Un medio que por supuesto la autora aprovecha para volcar todas sus reflexiones sobre valores como la tolerancia, los afectos, la rebeldía, etc… y por supuesto tratar el tema del machismo, la violencia, la religión o las diferencias entre seres humanos.
En fin, novela y película son muy recomendables.