Como un león de Poe
E. A. Poe escribió entre los años 1837 y 1845 su colección de relatos cómicos que escribió en diversos diarios y revistas de Estados Unidos, y lo cierto es que aunque había adquirido ya fama con sus obras más conocidas, la verdad es que esta vertiente más divertida del literato norteamericano también fue muy exitosa.
Y es que como hacen los grandes maestros de la literatura, su obra más allá de la simple ficción o la anécdota que se relata, y en el caso de estos cuentos de Poe hay una crítica, a veces más soterrada y otras veces muy evidente, hacia la sociedad de su tiempo. De hecho, si se analiza el conjunto de sus relatos cómicos, nos podemos encontrar con una excelente representación satírica y a veces grotesca de todos los estratos sociales de la Norteamérica de mediados del siglo XIX.
A eso hay que añadir que en cuentos como este de Como un león, el autor se nos muestra con un estilo tan sumamente perfecto como en sus grandes obras, tales como La aventuras de Arthur Gordon Pym o Los crímenes de la calle Morgue. Es decir, que su redacción se la tomaba muy en serio, aunque que produzca un efecto cómico inesperado si se habla de la literatura de Poe.
Ese es el caso de este breve cuento de apenas 10 páginas. En él nos encontramos un personaje de lo más estrambótico cuya única característica más destacable es su enorme nariz, la cual le hace convertirse en un verdadero genio de la peculiar ciencia de la “nasología” (algo obviamente inexistente y complemente innecesario). Con ese pretexto, Poe nos cuenta el éxito y fracaso de semejante personaje, el cual se convierte en una crítica de una sociedad plagada de especialistas, que solo saben de una cosa, que incluso puede ser completamente eliminable. Si hubiéramos de definir la vida de este personaje habría que usar una palabra: absurdo. E incluso hay críticos que ven en esta obra un claro antecedente de lo que prácticamente un siglo después se conocerá como Teatro del Absurdo con autores como Eugene Ionesco o Samuel Beckett.