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El diablo mundo

Publicado por Aroa Plaza

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En el artículo de hoy nos adentramos en una de las obras más conocidas del escritor del Romanticismo José de Espronceda, nos referimos a El diablo mundo. Esta obra en su primera edición contaba con una introducción a la que le seguían seis cantos. En ella el escritor adelantaba su propósito al escribir la obra: un coro hace una exaltación de diferentes aspectos como son el amor, la gloria o el dinero que el hombre ha de conseguir y, posteriormente, se señala que el amor es un engaño, la riqueza es la nada, la ciencia es mentira y el mundo es malvado. De este modo, el poema está relacionado con otros de la misma época que presentan una intencionalidad parecida como el Fausto de Goethe o el Prometeo de Shelley. Para su composición, Espronceda se habría inspirado en diversas fuentes como Milton, Byron o Tasso, que habría sabido combinar con un gran éxito. Aunque al poema también pueden achacársele algunos fallos como la sociedad que en él se presenta o algunas pinceladas humorísticas en momentos no convenientes puesto que se está desarrollando temas de un alto nivel filosófico. Esa sociedad dibujada por Espronceda en El diablo mundo es una sociedad llena de criminales, matones castizos, guapas chicas madrileñas, y bandoleros; que, aunque responde al gusto costumbrista de la época, resulta muy básica.

Veamos ahora, brevemente, qué sucede en cada una de las partes que componen el libro:

Como ya hemos dicho, la obra se inicia con una introducción en la que el escritor escucha en la noche las voces los demonios que deambulan a su antojo por el mundo y, por medio, de ellas adelanta las ambiciosas aspiraciones del ser humano.

En el canto primero, un hombre mayor que se encuentra en los últimos momentos de su vida mira nostálgicamente hacia el pasado y evoca la juventud.

En el segundo, llamado el Canto a Teresa, el autor hace una emocionada elegía llena de sentimientos como el dolor, el remordimiento, la añoranza o la piedad.

En los cantos siguientes el tono del poema disminuye en un intento de simbolizar el paso de lo fantástico a lo real.

En el canto tercero, el hombre mayor se ha convertido en un joven y no tiene recuerdos del pasado. Desnudo y apedreado irá a parar en la cárcel.

En el cuarto, durante la estancia del hombre en la cárcel, este recibe el nombre de Adán al aparecer sin ropas. Recibe lecciones de un bandolero que tiene una hija que se enamora de él.

En el quinto, la forma elegida por el escritor es la dramática y se establece un diálogo entre Adán y la hija del bandolero, a quien este pregunta acerca de las diferencias sociales. El amor pierde fuerza en favor del dinero y el hombre se alía con unos bandidos que le aseguran riquezas.

En el sexto, se cuenta cómo el palacio de la condesa es asaltado por estos bandoleros y cómo Adán la salva obnubilado por la belleza y el lujo. A partir de ahí, Adán huye por las calles de Madrid y se produce una reflexión sobre la vida y la existencia de un Dios que permite el mal.

Existen también fragmentos de un séptimo canto donde se pueden leer los lamentos de una madre por la muerte de su hija.