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Gringo Viejo de Carlos Fuentes

Publicado por A. Cerra

Esta novela es una de las obras cumbres de la producción literaria de Carlos Fuentes. Un texto que se ambienta en uno de los periodos favoritos de este autor, la Revolución de México, su país. Ya que si bien Carlos Fuentes nació en Panamá debido a la trabajo de diplomático de su padre, lo cierto es que él es un autor mexicano.

Y como muchos otros escritores de su país le fascinaba el periodo revolucionario que allí se vivió a principios del siglo XX. Incluso son varios los autores que configuran el grupo denominado de la novela de la Revolución mexicana, si bien es cierto que ninguno alcanzó la calidad literaria de Fuentes, el cual es uno de los máximos representantes del boom de la literatura hispanoamericana que tuvo lugar en la segunda mitad del pasado siglo XX.

Pues bien, dentro de sus relatos, tanto novelas como cuentos, el libro de Gringo Viejo es uno de los que ambientó en los años de la Revolución de México protagonizada por personajes tan célebres y recordados como Pancho Villa o Emiliano Zapata.

Por decirlo sencillamente, se trata de una novela magnífica con un trío de protagonistas. Están el general Arroyo, perteneciente a las tropas de los revolucionarios, está la que se convertirá en su amante, la institutriz Harriet, y por último el verdadero centro de la novela: el viejo periodista Ambrose Bierce. Un tipo real como el propio Fuentes nos cuenta al final del relato, ya que se sabe que Bierce había trabajado durante años para el magnate William Randolf Hearst y cuando llegó a cierta edad decidió cruzar la frontera mexicana para participar en la Revolución y no regresar a su país, muriendo de una forma digna según su modo de pensar. De hecho, así al principio del libro ya se avisa que «el gringo viejo vino a México a morir».

Pues bien, esos últimos tiempos de Bierce es lo que cuenta la novela. En un momento histórico concreto, pero también en un lugar concreto: México, porque es indudable que el paisaje de ese país es un personaje más de la trama, algo que tiene en común con otras grandes obras salidas de literatos de ese país, como por ejemplo Pedro Páramo de Juan Rulfo.

Esa participación de los desiertos del norte mexicano son los que crean la atmósfera en la que se desarrollan las vidas de estos personajes, contadas de una forma enormemente lírica. Porque más allá de su propia epopeya vital, de las batallas o de sus relaciones personales, lo que Fuentes nos cuenta es el encuentro de tres seres desarraigados que en el fondo deben reconciliarse cada uno de ellos con su propio pasado.