El viejo y el mar
En el artículo de hoy de nuestra web de La Guía de la Lengua 2000 vas a poder leer el resumen del argumento de, sin duda, la obra más popular del autor norteamericano, Ernest Hemingway, titulada «El viejo y el mar». Esta obra fue escrita en el año 1952 y, al año siguiente, su autor recibió el Premio Pulitzer y el Premio Nobel por toda su carrera literaria.
Antes de que conozcas el argumento de «El viejo y el mar», puedes leer la biografía de Ernest Hemingway para poder conocer el contexto en el que fue escrito. Para ello, puedes acceder a ella presionando en el enlace directo que te proporcionamos a continuación:
RESUMEN DE «EL VIEJO Y EL MAR»
El protagonista de la historia es un hombre de avanzada edad, con el pelo blanco y despeinado y unos profundos ojos azules, llamado Santiago. Durante toda su vida se había dedicado a adentrarse en el mar para pescar de lo que estaba muy orgulloso y sentía una tremenda nostalgia. Y es que, en la actualidad, el viejo, seudónimo por el que todas las personas que lo conocían lo llamaban, no gozaba de tanta suerte en la actualidad en la tarea de pescar. A pesar de ello, él insistía en su empeño y todos los días se adentraba en el mar para intentar pescar algún pez.
Si había algo que en realidad deseaba con todas sus fuerzas, era pescar un pez grande, pero, a pesar de su empeño, nunca lo conseguía.
En sus travesías, solía acompañarle, evidentemente, su pequeña barca y un muchacho llamado Manolito. Éste era un joven muy noble, buena persona, servicial y atento con el viejo. De hecho, era de las pocas personas en el pueblo que se preocupaban por él y lo cuidaba. Manolito disfrutaba mucho yendo a pescar con el viejo todos los días, ya que siempre aprendía algo de su sabiduría.
Pues bien, un día esta pareja tan peculiar tuvo que separarse debido a que los padres de Manolito le prohibieron terminantemente a su hijo que volviera a entrar en la mar junto al viejo ya que, según ellos, era una mala influencia y no querían que este hombre perjudicara a su hijo.
Manolito, disgustado ante tal situación, no pudo hacer nada para impedirlo y no asistió a su cita diaria con el viejo para volver al mar.
A pesar de la extrañeza que éste sintió al no encontrarse con su fiel escudero, el viejo se marchó solo a la mar en busca de su deseado pez.
Pues bien, fue precisamente ese día, el momento en el que el viejo consiguió pescar un espécimen de impresionantes proporciones. El viejo tuvo que luchar contra tiburones y el mismo pez para conseguir no perderlo y enseñarlo a los habitantes del pueblo y a su amigo Manolito, del que no paraba de acordarse. Al mismo tiempo se lamentaba pues sentía pena de que Manolito no pudiese vivir ese momento tan mágico y esperado por ambos.
Después de dos días de lucha por no perder su presa en el camino de vuelta, el viejo pudo enseñar a todo el mundo su gran hazaña y demostrar que la edad no es ningún impedimento para cumplir un sueño.