La cortesana de Aretino
A veces tendemos a pensar que durante la época del Renacimiento los grandes y más cotizados artistas solo eran los pintores y escultores de la talla de Miguel Ángel, Rafael, Tiziano o Leonardo da Vinci. Sin embargo, también los escritores eran auténticas estrellas culturales de la época. Y un buen ejemplo, es el autor de la Toscana Pietro Aretino, el cual nació en Arezzo en el año 1492 y falleció en Venecia en 1556.
En su momento se codeó con todas las grandes personalidades del momento, y frecuentó tanto a otros artistas como a los grandes mecenas, incluso a los del ámbito religioso. Y eso que sus obras más populares fueron los ardientes Sonetos lujuriosos.
Y llegó hasta ahí, pese a que sus orígenes no podían ser más humildes, ya que su padre fue un zapatero y su madre una prostituta. De hecho, él se definía a sí mismo como un hijo de cortesana pero con el alma de un rey, tanto por su espíritu como por los enormes logros que alcanzó en vida.
Curiosamente una de sus grandes obras de teatro, La Cortesana, tiene como protagonista una mujer de ese oficio. Si bien no se trata de una biografía de su madre, sino que más bien es una trama con la que pretendió hacer una parodia de una de las obras literarias que se supone que representaban los ideales galantes del Renacimiento. Se trata del libro El cortesano de Baltasar Castiglione, un escritor al que conocemos gracias a un retrato que le hizo el propio Rafael.
Si bien igualmente tenemos un retrato de Pietro de Aretino, y ni más ni menos que firmado por el gran Tiziano. Y es que gran parte de la fama del Aretino se debió a los escritos que hizo sobre arte y más concretamente sobre el genial maestro veneciano.
Fue un escritor que siempre mantuvo una relación con el arte de su época muy intensa, incluso otra de sus obras más célebres, los ya citados Sonetos lujuriosos, los cuales están basados en una pinturas eróticas casi pornográficas que hizo el pintor Marcantonio Raimondi, que a su vez se había basado en unos dibujos del artista manierista Giulio Romano.
En definitiva, que Pietro de Aretino es un personaje más que interesante del Cinquecento italiano, ya que por sus muchas obras, tanto narrativas, como líricas o de teatro, como por sus relaciones personales, nos da una perfecta idea del mundo cultural de la época. Unos tiempos en los que convivían las conductas moralizantes de la corte eclesiástica, con otras formas de vida más disolutas y licenciosas, y también mucho más creativas.