Sentido y sensibilidad de Jane Austen
A la autora británica Jane Austen (1775 – 1817) le podemos adjudicar el honor de haber sido la que inauguró un subgénero literario tan popular como es la novela romántica. Un tipo de literatura que muchas veces ha despreciado la crítica (generalmente escrita por hombres), pero que lo cierto es que puede ser tan válido como cualquier otra temática literaria. Y por supuesto, dentro de la novela romántica hay el mismo porcentaje de libros buenos, malos y regulares. Tratar un tema u otro no garantiza la calidad de la escritura.
De hecho, el grueso de los libros de Jane Austen podemos decir que son de alta calidad y merecen la pena ser leídos. Son libros muy fáciles de leer, la autora domina el ritmo y los temas que trata. Son asuntos sencillos y los trata de forma directa. Tal vez por eso en este caso se une la calidad y el éxito popular. Algo que por otra parte ha llevado al éxito cinematográfico de sus obras más destacadas, como pueden ser las versiones para el cine de Orgullo y prejuicio, o Emma.
También ha sido llevada a las pantallas de cine la obra que aquí nos ocupa: Sentido y sensibilidad que fue escrita en 1811. Se trata de la primera obra que publicó y lo hizo firmando con el seudónimo de A Lady, es decir, sencillamente como Una Dama.
Aquí, como en la inmensa mayoría de libros de Austen, los temas en torno a los que gira todo son el amor y el matrimonio. En este caso se trata de una familia compuesta por dos hijas y una madre que se ha quedado recientemente viuda. Y por lo tanto están casi en la ruina, por lo que deben trasladarse de su casa a un nuevo hogar en la campiña inglesa, ambientación que aparece en muchas de las obras de esta autora.
De las dos chicas, cada una de ellas representa el sentido (el buen juicio) y la sensibilidad (el corazón). Al menos en un primer vistazo, pero la verdad es que tanto Elinor como Marianne tienen comportamientos en ambas direcciones. Si bien es cierto que son muy diferentes entre sí. Eso no impedirá que encuentren cada una a su hombre apropiado.
Por supuesto, este es el esquema muy básico de la trama. En realidad, aparecen un alto número de personajes, de diferentes estratos sociales y caracteres, con lo que tenemos una radiografía de ese momento y ese lugar. De hecho, leer Sentido y sensibilidad sirve muy bien para conocer las costumbres de finales del siglo XVIII en Inglaterra.
Y al mismo tiempo, muchos personajes están tratados en profundidad, son un retrato psicológico muy interesante. Con ello se plasman ideas sobre la ambición, los caracteres impulsivos o los reflexivos, el dominio de las emociones o la idea de felicidad. En definitiva, que bajo la apariencia de una simple novela romántica, Sentido y sensibilidad es sencillamente una gran novela. Y por supuesto bastante entretenida de leer.