Hablar solo
Todos y cada uno de nosotros no puede negar que alguna vez en su vida haya hablado consigo mismo en voz alta sin haber ninguna otra persona o animal más cerca en esa habitación. Parece que este hábito se suele relacionar con las personas que tienen alguna enfermedad mental y por esta razón, si alguna vez estabas en esa situación de hablar solo y alguien te pillaba in fraganti, lo primero que hacías era negarlo y cambiar de tema rápida y eficazmente.
Pues bien, si continuas leyendo el artículo de hoy vas a descubrir que no sólo no estás loco por hablar solo, sino que hablar solo puede ser mucho más estimulante y productivo para tu cerebro y tu persona de lo que piensas.
Al parecer, los últimos estudios realizados por los investigadores de las Universidades de Wisconsin y Pennsylvania (Estados Unidos) han demostrado la efectividad que tiene para el ser humano hablar solo. Para demostrar este dato tan curioso hasta ahora desconocido, los científicos de sendas universidades realizaron el siguiente experimento: sometieron a veinte personas de diferentes rangos de edad, costumbres y género, a la misma prueba. Lo que tenían que hacer era encontrar en una habitación una serie de objetos que se encontraban allí. Los resultados demostraron que aquellos individuos que desarrollaron la tarea de buscar los objetos mientras hablaban en voz alta con ellos mismos, o bien repitiendo sin parar el nombre del objeto que estaba buscando, o bien, dándose a sí mismo directrices de por dónde había buscado y por dónde todavía no, fueron los que encontraron los objetos perdidos antes que aquellos que lo hicieron en silencio.
Los resultados, por lo tanto, demuestran que el lenguaje humano tiene la propiedad de estimular la percepción, consiguiendo que la persona que va articulando con palabras todo lo que va haciendo, se concentre mucho más en el objetivo que se ha propuesto y, por consiguiente, lo consiga con efectividad y rapidez.
Después de saber este estudio, te ocurrirá como a todos; no paran de llegarte ejemplos de situaciones en las que hablabas solo sin darte cuenta y realmente lo que estabas haciendo involuntariamente era concentrarte mucho más en la tarea.
Ejemplos claros de este comportamiento están en cualquier persona que está cocinando y para organizarse mejor (aunque de manera inconsciente) va diciendo en voz alta los ingredientes y los pasos que debe seguir para completar la tarea correctamente. Otro caso sería el de los niños cuando, por ejemplo, han aprendido hace poco a atarse los cordones de sus zapatillas, y todavía necesitan concentrarse para poder hacerlo bien. Seguramente habrás oído a más de uno ir diciendo: