André Gide
A través de nuestro nuevo artículo de hoy os traemos la biografía y obra del escritor francés André Gide, una de las figuras más importantes de la literatura francesa de finales del XIX y primera mitad del siglo XX.
André Paul Guillaume Gide nació en la ciudad de París, el 22 de Noviembre de 1869. Crecería en el seno de una familia de clase alta, siendo sus padres Paul Gide, profesor de universidad que fallecería once años después del nacimiento de nuestro protagonista, y Juliette Rondeaux, proveniente de una familia adinerada.
Cursaría sus estudios en la Ecole Alsaciana, para posteriormente pasar al instituto Henri IV. Durante su etapa de estudiante, Gide demostró un interés temprano por la literatura y las artes, lo que le llevaría a formar parte de varios círculos literarios y artísticos de la época.
Comenzaría su carrera literaria en 1891, mediante la publicación de “Los cuadernos de Andre Walter”, un libro que contenía una serie de poesías con un estilo decadente y simbolista protagonizado por un joven desgraciado. Este libro, aunque no fue un gran éxito comercial, sí que fue aclamado por la crítica y le permitió a Gide establecerse como una promesa en el mundo literario.
Un par de años más tarde comenzaría un viaje que le llevaría a visitar el continente Africano. Durante este viaje conocería a Oscar Wilde, con quien entablarían una gran amistad. Sería durante esta etapa de su vida, cuando Gide reconocería su tendencia bisexual.
En 1895 contraería matrimonio con Madeleine Rondeaux, aunque por su condición de bisexual, tendría relaciones con otros hombres. También mantendría una relación con Elizabeth Van Rysselberghe, con la que llegaría a tener una hija.
En 1895 también vería la luz su siguiente obra, “Paludes”, a la que le seguirían, “Los alimentos terrestres”, publicada en 1897, “Prometeo mal encadenado”, de 1899, “Cartas a Ángela”, del 1900, “El inmoralista”, de 1902, o “La puerta estrecha”, de 1909.
Por aquella época, también serían constantes sus colaboraciones con algunas revistas literarias, es el caso de La Nouvelle Revue Française. Sería durante los años posteriores, cuando las obras Gide comenzaron a ganar un cierto éxito, encumbrando a nuestro protagonista como una de las figuras literarias del momento.
Además de su labor como escritor, Gide también fue un activo defensor de los derechos humanos y un crítico del colonialismo. Su compromiso con estas causas se reflejó en varias de sus obras y en su participación en diversas organizaciones y movimientos sociales de su tiempo.
Tras estallar la Primera Guerra Mundial verían la luz algunas de sus obras más importantes, como “Los sótanos del Vaticano”, de 1914, “Si la semilla no muere”, publicada seis años más tarde, o “Los monederos falsos”, de 1925.
Durante esos años ocuparía ciertos puestos municipales, lo que le valió para ser enviado por el Gobierno a sus colonias en África. Relataría y plasmaría esas vivencias en el continente africano en las obras “Viaje al Congo”, publicada en 1928 y “Regreso de Chad”, de ese mismo año.
También dedicaría parte de su obra a otros géneros literarios, como el teatro, mediante obras como “Le Roi Candaule”, de 1901, o “Saul”, de 1903. Además, Gide destacaría en el campo de la traducción, llevando al francés, obras de autores como Shakespeare, como es el caso de Hamlet.
Tras estallar la Segunda Guerra Mundial se instalaría en África, donde permanecería hasta el final del conflicto. En el año 1947 se haría un hueco entre los grandes escritores al ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
Entre el resto de su obra, podemos destacar “Regreso de la URSS”, de 1936, “Entrevistas imaginarias”, de 1942, o “Et nunc manet in te”, de 1951. Estas obras, al igual que el resto de su producción literaria, se caracterizan por su profunda introspección y su análisis crítico de la sociedad y la moralidad de su tiempo.
André Gide falleció en la capital francesa, el 19 de febrero de 1951. Su legado literario y su compromiso social y político han hecho de él una de las figuras más influyentes y respetadas de la literatura francesa y mundial.