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Antonio Machado II

Publicado por Aroa Plaza

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Hoy continuamos el artículo iniciado ayer sobre el poeta Antonio Machado, que puedes consultar pinchando en el siguiente enlace: Antonio Machado. Abordaremos en este espacio el estilo y la forma de versificar de este autor, así como las obras trascendentales de su trayectoria poética. Comencemos:

Antonio Machado fue un poeta que muchas veces escogió la rima asonante para sus composiciones, que unas veces se presentaban bajo formas populares como las coplas, los romances o los cantares; mientras que en otras ocasiones eran las formas cultas como el soneto o la silva las elegidas por el autor.

La sencillez y austeridad en la forma junto a una emoción tierna y sincera ante los sentimientos humanos serán dos de las características constantes en su obra. A Machado le sobra la retórica complicada cargada de metáforas, el vocabulario artificioso, los ornamentos innecesarios y la técnica rebuscada, su poesía simplemente es el reflejo del auténtico sentimiento.

La unidad y la coherencia son otras dos de las características permanentes del universo poético de este poeta, aunque esto no quita que su poesía, como la de cualquier otro autor, evolucionara con el paso de los años; pero, siempre, manteniendo una línea esencial. En un primer momento, Machado se hará eco de los usos modernistas de la época pero con la sobriedad y el estilo propio de su personalidad, más tarde se centrará en las preocupaciones de su generación que tiene como centro el tema de España y al final de su carrera como escritor, Machado apostará por una poesía de carácter ideológico-filosófico.

En cuanto a su obra, hemos de decir que el primer libro que escribió fue Soledades, en el año 1903, y que fue ampliado en 1907 y rebautizado con el título Soledades, galerías y otros poemas. Como ya hemos sus inicios son modernistas, pero como podemos observar en este libro Machado añade al Modernismo un toque intimista al estilo de escritores como Bécquer o Rosalía de Castro mezclado con un sublime simbolismo. Aquí la melancolía bañará los distintos temas que aparecen en sus versos.

De 1912 data el libro titulado Campos de Castilla, que al igual que el libro anterior será ampliado en una nueva versión, esta vez en el año 1917. En él, nos muestra los paisajes castellanos en consonancia con sus sentimientos más profundos y sus pensamientos sobre la situación de España. Como en sus anteriores poemas, también aquí vemos la mirada nostálgica con la que ve su vida pasada. También apuntaremos que el paisaje reflejado se amplía también ya a paisajes andaluces, no hemos de olvidar que este autor nació en Sevilla. Además, en los poemas de Campos de Castilla, Antonio Machado muestra la admiración que siente hacia algunos escritores de su época como Unamuno, Juan Ramón Jiménez o Rubén Darío entre otros.

En el año 1924 ve la luz la obra Nuevas canciones, libro que muestra predilección por los versos cortos de carácter popular tanto para expresar el folclore tradicional como la propia filosofía de vida del autor. Pierde fuerza el carácter descriptivo de los poemas anteriores que dibujaban paisajes palabras, consiguiendo así una poesía más depurada.

Por último, citaremos un libro menos conocido de Machado, quizás por estar escrito en prosa, titulado Juan de Mairena, del año 1937. Mediante este personaje, Machado hace llegar a lector un gran número de importantes reflexiones sobre temas diversos como el arte, la filosofía, la política, la sociedad, etc.